Acapulco, ese lugar que muchos imaginan con sol, playa y vacaciones, está viviendo una realidad muy distinta. Esta Semana Santa, lejos de ser un respiro para sus habitantes, ha sido una pesadilla. Del lunes al jueves, se han registrado 17 asesinatos, y este viernes una combi del transporte público fue incendiada por presuntos criminales.
Sí, ni los días santos le ponen pausa a la violencia en uno de los destinos turísticos más famosos del país.
Crimen tras crimen en Acapulco… ni en Semana Santa dan tregua
Este viernes, durante la mañana, los bomberos de Acapulco recibieron el reporte de una Urvan que estaba en llamas en plena calle Nicolás Bravo, en el centro de la ciudad. Según los primeros reportes, hombres armados robaron la unidad, la rociaron con gasolina y la prendieron fuego cerca de un punto conocido como El Vaquero Norteño.
El incendio fue controlado, pero la escena ya es parte de una rutina peligrosa. La violencia está desbordada. En lo que va del año, 27 taxistas y choferes de combi han sido asesinados en Acapulco.
Jueves Santo de terror en Acapulco
Y lo peor es que cada día hay más noticias como esta. El Jueves Santo no fue la excepción. En la colonia Paraíso, un cuerpo apareció con torniquete en el cuello, atado de pies y manos, dentro de un auto que fue incendiado.
Más tarde, en la colonia Ricardo Flores Magón, un taxista fue ejecutado a balazos mientras trabajaba. Por la noche, el horror subió de nivel: dos cuerpos cercenados fueron dejados dentro de bolsas y costales en la colonia Bellavista. Y en la colonia Cuauhtémoc, un hombre fue rafagueado, quedando gravemente herido.
El miércoles: protestas, asesinatos y silencio oficial
El miércoles, más de 500 taxistas bloquearon la entrada al puerto con ataúdes, pidiendo justicia y seguridad, y exigiendo la renuncia de la gobernadora Evelyn Salgado Pineda. Querían respuestas, pero lo que obtuvieron fue más violencia: uno de los líderes de esa manifestación, el chofer del taxi 2980, fue asesinado horas después.
Durante la protesta, los conductores acusaron al Mayor de Infantería Carlos Arturo Aguilar Reyes de permitir el paso de drogas en complicidad con un jefe criminal conocido como El Ruso, señalando una red que va desde la Costa Chica hasta la Autopista del Sol.
¿La respuesta de la morenista Evelyn Salgado Pineda? Blindar el acceso al puerto con policías antimotines para evitar más bloqueos.
Mientras tanto, más de 4 mil elementos de la Marina y la Guardia Nacional están desplegados… pero no en las colonias donde ocurre todo esto, sino en las zonas turísticas. Como si tapar con sombrilla la violencia fuera a solucionar algo.
Lo que pasa en Acapulco no es nuevo, pero sí es cada vez más descarado. En medio de una de las temporadas vacacionales más importantes del año, la violencia sigue avanzando sin freno. Y lo más alarmante, parece que el gobierno local no tiene prisa por frenarla.
Para quienes viven ahí, el paraíso turístico ya no tiene paz, y para quienes piensan visitarlo, vale la pena preguntarse si los filtros de seguridad son suficientes cuando la violencia se ha vuelto tan cotidiana.
