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Su concepción de la Historia
Cronista del municipio de Aguascalientes
¿Cuál es su concepción de la Historia? Si le pregunto esto posiblemente reaccione con sorpresa y me revire, no sin cierta dosis de molestia: ¿por qué habría de tenerla; qué es eso? Muy fácil, porque todos tenemos una, aunque no seamos conscientes de ello, cosa más que probable…
Basta tener en cuenta que en el catecismo; en la misa, le ofrecen una -decir ofrecen es una forma más bien amable de referirse al proceso de adoctrinamiento por el que muchos pasamos-. En la escuela le ofrecen otra, la de la Patria y sus objetivos, su pasado glorioso, etc.
Posiblemente la más popular entre la tropa sea una “finalista”, en una de sus múltiples variaciones, es decir, que todo se dirige hacia un fin determinado, frecuentemente Dios; entre nosotros “la Jerusalén celeste”, o el bienestar de la Patria, etc.
Otros pensarán que todo es azaroso; escalofriantemente azaroso, y que no hay nada preestablecido; no hay un fin previsible ni somos objeto de una conducción protectora hacia ese fin, y las cosas se van dando de conformidad con la convergencia de una serie de factores que inciden en el devenir de las personas; de las sociedades.
En este sentido, hay visiones esperanzadoras, otras trágicas, apocalípticas, pesimistas, etc.
A propósito del azar, recuerdo ahora los agradecimientos que Robert Hughes hace constar en su libro sobre el pintor Francisco de Goya y Lucientes. Luego de la consabida enumeración de personas, principalmente aquellas que lo atendieron en su convalecencia por un accidente carretero, escribió lo siguiente: “Quizás, si convenimos en que la vida es un cúmulo de experiencias, (el percance) no fuera en vano. Gracias a este accidente, he conocido intensamente el dolor, el miedo y la desesperación, y puede que un escritor que no haya experimentado el miedo, la desesperación y el dolor no sea capaz de conocer a Goya del todo”.
También están los creen que la historia la hacen los grandes héroes; los líderes sociales, los gobernantes, los personajes sobresalientes, “capitanes” de empresa, etc. De aquí, por ejemplo, el dicho que le leí a Ariel Dorfman: “la historia ha sido forjada por quienes nunca se dan por vencidos. Juana de Arco, líderes sindicales, mártires budistas…”, en tanto que otros pensarán que son las personas individuales quienes la hacen, la propia y la de la comunidad. Pese a ser conducidos, “mandados”, son ellos, hombres y mujeres anónimos, los que construyen las ciudades, las fábricas, las máquinas, los edificios, las autopistas; ellos, los trabajadores, los empleados, los agricultores…
Usted sabe quién decidió que se hiciera esta obra del Flujo Continuo, al que pertenece la imagen, pero desconoce los nombres de aquellos que la hicieron realidad; los que, como estos hombres que se afanan con el esqueleto de un pilar en la citada vía a la altura del fraccionamiento Pulgas Pandas, trabajan y arriesgan sus vidas y ofrendan su piel en el altar candente del Dios Sol, para que la idea de alguien dejara de serlo y se convirtiera en una realidad tangible; algo que sirviera a las personas.
Por eso, y por muchas otras cosas, yo me quedo con esta última concepción, la de que la Historia la hacemos todos, y sobre todo los trabajadores, tanto del campo como de la ciudad, a quienes debemos todas las realizaciones de esta vida, los que construyen nuestras casas, los edificios, las avenidas, cultivan y procesan nuestros alimentos, etc. Ellos son la auténtica grandeza del país.
Ya sé que es una visión romántica de la historia, porque estos hombres, como sus pares, en la medida en que son súbditos del reino de la necesidad, y no de la libertad, no actúan pensando en hacer historia, sino en hacer bien el trabajo, cobrar un salario, alimentar los sueños que han germinado en sus entrañas, etc.
Aunque en realidad creo que a final de cuentas nuestra concepción de la Historia, la suya y la mía, se conforma con una mezcla de algunas de las señaladas, por lo que no hay una predominante sobre las demás. (Felicitaciones, ampliaciones para esta columna, sugerencias y hasta quejas, diríjalas a [email protected]).