Elección histórica
Estamos a escasos días de la elección para renovar el Poder Judicial, un proceso histórico que definirá el rumbo del sistema judicial en México. La opinión pública continúa dividida entre opiniones negativas y positivas al respecto. Me refiero a periodistas, analistas, líderes de opinión, sectores de la sociedad civil y, por supuesto, a los propios actores que participan como candidatos.
Uno de los argumentos en contra, más importantes a mí parecer, es la posible influencia de poderes fácticos en esta elección. Y es que se ha cuestionado ampliamente el apoyo que pudiera estar detrás de algunas candidaturas: llámense partidos políticos, estructuras de gobierno, sindicatos, etcétera; para alcanzar alguna posición en particular.
Sin embargo y como lo he dicho en participaciones anteriores, la elección está ahí y hay que participar.
Se ha hablado también de la complejidad de las reglas, boletas y de la propia conformación de las fórmulas a los diferentes cargos del Poder Judicial. El voto, dicen algunos expertos, será desinformado y estará marcado por la confusión y la apatía. Pese a ello, la autoridad electoral ha puesto al alcance de los ciudadanos diferentes herramientas para acercarse al proceso, conocer los detalles de las candidaturas e incluso practicar el ejercicio mismo del voto bajo este nuevo modelo.
Es cierto también que existe o debiera existir una responsabilidad cívica para adentrarse a las reglas que marcarán esta elección.
La necesidad de impulsar una reforma en el sistema judicial mexicano no es nueva. Desde hace mucho tiempo y en muchos espacios de discusión se ha puesto sobre la mesa la justicia excluyente que prevalece en nuestro país. Además de los vicios que ha definido claramente el Poder Ejecutivo, primero en voz de López Obrador y ahora en la persona de Claudia Sheinbaum; el Poder Judicial enfrenta un desgaste institucional y los mexicanos ni siquiera pueden identificar por completo sus funciones.
Un estudio de la Fundación Konrad Adenauer de 2024, sobre el Poder Judicial en México, reveló lo siguiente: 55% de los encuestados creen que los jueces son responsables de perseguir delincuentes, 44% dijo que son éstos quienes reciben las denuncias y un 35% señaló que los jueces se encargan de investigar algún acto delictivo. Todo ello, como sabemos, es trabajo de las Fiscalías y de los cuerpos de seguridad. Sin embargo, el mexicano promedio ignora realmente el quehacer de juez.
Aunque el sesenta por ciento de los mexicanos aprueba la reforma al Poder Judicial, de acuerdo con diferentes sondeos; se estima que únicamente salga a votar entre el diez y el quince por ciento del padrón electoral, conformado por 110 millones de votantes. Y aunque en la opinión pública, repito, haya voces que incluso llamen a sabotear el ejercicio electoral, será decisión de cada persona, participar o no, en una elección histórica que marcará el actual momento político y social que vive la Nación.




