Una visita diplomática a la ciudad de Yenín, en Cisjordania ocupada, terminó en una fuerte condena internacional luego de que tropas israelíes abrieran fuego —calificado como “disparos de advertencia”— contra una delegación compuesta por representantes de más de 30 países. Entre los diplomáticos se encontraban funcionarios de México, España, Japón, China, Francia, Italia, así como representantes de organismos internacionales como la ONU y el Programa Mundial de Alimentos. Aunque no hubo heridos, el incidente fue suficiente para generar un terremoto diplomático en una región ya marcada por la violencia constante.
La versión oficial: advertencia en zona de combate
Según las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), los disparos fueron realizados luego de que la delegación “se desviara del itinerario aprobado” al ingresar a una “zona de combates activos”. En su comunicado, el ejército lamentó los “inconvenientes causados” y sostuvo que la acción fue necesaria para mantener el control operativo en un área donde mantiene desde enero una ofensiva contra presuntos focos de insurgencia.
Sin embargo, diplomáticos presentes niegan haber recibido alguna advertencia clara antes de los disparos. Videos difundidos por la Autoridad Nacional Palestina (ANP) muestran a soldados israelíes encañonando sus rifles mientras diplomáticos se apresuran a subir a sus vehículos tras escuchar múltiples detonaciones. En uno de los clips, el jefe de la oficina de representación de Marruecos en Palestina es interrumpido por los disparos en plena entrevista.
La respuesta internacional: condena y llamados a rendición de cuentas
Las reacciones no se hicieron esperar. El Ministerio de Relaciones Exteriores de México confirmó que dos de sus funcionarios estaban en la misión —Pedro Blanco Pérez y Julio César Escobedo Flores— y que ambos resultaron ilesos. No obstante, la Secretaría de Relaciones Exteriores exigió explicaciones a la embajada israelí y recordó que Israel, como firmante de la Convención de Viena, está obligado a garantizar la seguridad de todo personal diplomático. El artículo 29 de dicho tratado establece la inviolabilidad de los diplomáticos, algo que, según México, fue vulnerado.
La Unión Europea, a través de su jefa de diplomacia Kaja Kallas, advirtió que “cualquier amenaza a la vida de diplomáticos es inaceptable” y pidió una investigación y rendición de cuentas. Turquía, Egipto, Jordania y otros países árabes también condenaron el hecho, señalando que este tipo de acciones socavan la confianza diplomática internacional y reflejan un patrón de impunidad por parte de Israel.
España, Italia y Francia fueron más allá: convocaron a los embajadores israelíes en sus respectivos países para exigir respuestas. Mientras tanto, António Guterres, secretario general de la ONU, calificó el acto como “inaceptable” y pidió una investigación exhaustiva cuyos resultados deben ser compartidos con la comunidad internacional.
La ANP y Hamas: denuncias de crimen deliberado
La Autoridad Nacional Palestina calificó el ataque como un “atroz crimen” y lo interpretó como parte de una política sistemática de intimidación contra observadores internacionales. Para el Ministerio de Exteriores palestino, no se trató de una equivocación ni un malentendido operativo, sino de un acto deliberado para impedir que la comunidad internacional documente las condiciones humanitarias en los territorios ocupados, en especial en Yenín, donde se concentra desde hace meses la ofensiva militar israelí.
Por su parte, el movimiento Hamas consideró el incidente como una “continuación de la arrogancia y la impunidad” de Israel, señalando que esta agresión se inscribe en un contexto más amplio de ocupación, expansión de asentamientos y represión sistemática contra la población palestina.
Yenín: un epicentro de tensión permanente
La ciudad de Yenín, y especialmente su campamento de refugiados, ha sido desde enero de 2024 el escenario de las mayores operaciones militares israelíes en Cisjordania desde la Segunda Intifada. Según fuentes palestinas, cientos de personas han muerto o resultado heridas en redadas casi diarias, muchas de ellas menores de edad.
En ese contexto, la visita diplomática tenía como objetivo constatar la situación humanitaria en la zona. Lejos de permitir esa labor de observación, el ataque contra la delegación parece confirmar las acusaciones de quienes sostienen que Israel busca limitar la visibilidad internacional de sus acciones en territorio palestino.
Sin heridos, pero con graves consecuencias
Aunque el tiroteo no dejó víctimas, el saldo político del incidente ha sido considerable. La comunidad internacional se enfrenta a un nuevo dilema: cómo reaccionar ante un Estado que, amparado en razones de seguridad, incurre en acciones que contradicen las normas más básicas del derecho internacional. Como advirtió la cancillería turca, cuando los diplomáticos dejan de ser inmunes al fuego, la estabilidad del sistema internacional también queda en entredicho.
En un mundo donde las misiones diplomáticas deberían funcionar como canales de diálogo y observación, disparar contra ellas —aun bajo el eufemismo de “advertencia”— representa una ruptura peligrosa. La verdadera pregunta, ahora, no es si fue un error de protocolo, sino qué están dispuestos a hacer los Estados involucrados para que no se repita.