En un movimiento que sacude el mundo del fútbol, el FC Barcelona ha decidido que Lamine Yamal, la estrella emergente de La Masía, será el dueño de la mítica camiseta número 10 a partir de la temporada 2025/26. Este regalo, que se oficializará cuando Yamal cumpla 18 años el 13 de julio de 2025, viene acompañado de una cláusula de rescisión de 1.000 millones de euros, un blindaje diseñado para mantener al prodigio culé lejos de las garras de los gigantes europeos. Pero, ¿qué significa que Yamal herede el ‘10’ tras el paso de leyendas como Lionel Messi y el fallido intento de Ansu Fati?. Aquí te lo contamos.
Lamine Yamal: El niño que ya es leyenda
A sus 17 años, Lamine Yamal no es solo una promesa: es una realidad que ilumina el Camp Nou y el fútbol mundial. Nacido el 13 de julio de 2007 en Esplugues de Llobregat, Yamal llegó a La Masía a los 7 años desde el modesto CF La Torreta. Desde entonces, su ascenso ha sido meteórico. Debutó con el primer equipo del Barça en abril de 2023, con apenas 15 años, 9 meses y 16 días, convirtiéndose en el jugador más joven en la historia del club.
En la temporada 2024/25, Yamal ha consolidado su estatus como pilar del equipo. Ha disputado 54 partidos, anotando 18 goles y repartiendo 21 asistencias, números que lo colocan entre los mejores extremos del mundo. Su actuación en el Clásico del 26 de octubre de 2024, donde marcó el gol más joven en la historia de este duelo (17 años y 105 días), y su gol en la semifinal de la Champions contra Inter (3-3) han dejado claro que no hay techo para este talento.
Yamal no solo brilla por su técnica. Su visión de juego, dribbling electrizante y madurez táctica lo han llevado a ser comparado con Lionel Messi, aunque él cita a Neymar como su mayor influencia. Interpelado por su impacto, el técnico del Inter, Simone Inzaghi, lo describió como “un fenómeno que nace cada 50 años”.
El peso del ‘10’
La camiseta número 10 del FC Barcelona no es solo un dorsal; es un símbolo cargado de historia y presión. El ‘10’ del Barça ha sido llevado por figuras como Rivaldo, Ronaldinho y, por supuesto, Lionel Messi, que la llevó a la estratosfera durante 17 años (2004-2021), ganando 10 Ligas, 4 Champions y 7 Balones de Oro.Pero también ha sido un peso para otros, como Philippe Coutinho, quien no pudo con la expectativa o Ansu Fati. Sin embargo, la historia de Fati con el ‘10’ fue un sueño roto.
Fati, otra joya de La Masía, recibió el dorsal en 2021 a los 18 años, pero las lesiones y la presión de suceder a Messi frenaron su progresión. Así es como su paso por el ‘10’ dejó una lección clara: no basta con el talento; se necesita resiliencia para cargar con ese legado.
Ahora, Yamal asume el desafío y él sí parece estar preparado. A diferencia de Fati, Lamine llega al ‘10’ en un momento de esplendor futbolístico y con un respaldo unánime del club y la afición. Su mentalidad, descrita por Hansi Flick como “la de un genio que siempre quiere mejorar”, y su capacidad para brillar en partidos grandes (como el Clásico o la Champions) sugieren que puede estar a la altura.
Una cláusula de 1.000 millones: Blindaje contra los buitres
El FC Barcelona no está dispuesto a repetir el trauma de 2017, cuando el PSG pagó los 222 millones de euros de la cláusula de Neymar. Por eso, el nuevo contrato de Yamal, que se firmará en julio de 2025 y lo vinculará hasta 2030, incluirá una cláusula de rescisión de 1.000 millones de euros. Esta cifra, que ya estaba en su contrato de 2023, se mantendrá como un mensaje claro: Yamal es intransferible.
El interés por Lamine no es nuevo. En 2024, el PSG ofreció 250 millones de euros, y en 2025, Arabia Saudí puso sobre la mesa 400 millones, ambas propuestas rechazadas sin pestañear. Clubes como Manchester City, Liverpool y Chelsea también han mostrado interés, pero el Barça, liderado por Deco, ve a Yamal como el “pilar del futuro”.
Yamal no es solo un jugador; es un símbolo de la resurrección del FC Barcelona tras años de crisis económica y deportiva. En 2024/25, sus actuaciones han sido clave para que el equipo gane la Supercopa de España, la Copa del Rey y LaLiga. Junto a jóvenes como Pau Cubarsí, Pedri, Fermín López y Alejandro Balde, Yamal representa una generación dorada que devuelve la ilusión a la afición.
Fuera del campo, su impacto es igual de grande. Su gesto celebrando goles con el número 304 (el código postal de Rocafonda, su barrio en Mataró) conecta con los fans de raíces humildes. Además, su historia personal, hijo de una madre de Guinea Ecuatorial y un padre marroquí, criado entre dos ciudades tras la separación de sus padres, lo convierte en un ícono de diversidad y superación.
¿Qué significa esto para el futuro?
Darle el ‘10’ a Yamal es más que un gesto simbólico; es una declaración de intenciones. El Barça apuesta por construir su futuro alrededor de un jugador que, a los 17 años, ya ha ganado la Eurocopa 2024 (siendo el jugador más joven en un torneo mayor y el mejor joven del torneo), el Kopa Trophy 2024 y una nominación al Balón de Oro.
Con un salario estimado de 7-8 millones de euros anuales en su nuevo contrato (lejos de los 285 millones de Cristiano o los 135 de Messi, pero significativo para su edad), Yamal se convertirá en uno de los mejor pagados del equipo, solo por detrás de Lewandowski y De Jong. Su valor de mercado es de 180 millones de euros, pero su importancia para el Barça es incalculable.
Una historia que apenas comienza
Lamine Yamal está escribiendo su propio guión en el FC Barcelona, y el ‘10’ es solo el próximo capítulo. Con su talento, humildad y una cláusula que lo hace intocable, el Barça ha encontrado a su nuevo mesías futbolístico. Pero, como dijo Luka Modrić sobre Messi, hay cosas de Yamal que “no se explican en un manual de entrenador”. Es un artista con el balón, un chico de barrio que lleva el 304 en el corazón y el peso del ‘10’ en los hombros.
