A menos de dos semanas del arranque oficial de la temporada de huracanes, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) encendieron la alerta: una zona de baja presión frente a las costas de Michoacán, Guerrero y Oaxaca tiene un 80% de probabilidad de convertirse en ciclón tropical durante la última semana de mayo. De formarse, este fenómeno recibiría el nombre de “Alvin” y se convertiría en el primer ciclón del Pacífico en 2025.
La evolución del fenómeno ha sido rápida. Inició el 21 de mayo con una probabilidad del 40%, pero en apenas tres días duplicó su potencial ciclónico. Actualmente, la zona se ubica a 695 kilómetros al suroeste del río Suchiate, en la frontera entre México y Guatemala, y se desplaza al oeste-noroeste a 16 km/h. Aunque aún no representa una amenaza directa, sus efectos ya son perceptibles en varios estados del país.
Según el SMN, Chiapas y Oaxaca ya enfrentan lluvias intensas, mientras que en el noreste —específicamente en Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas— se reportan vientos fuertes y posibles torbellinos por la combinación de una línea seca y un canal de baja presión. Además, la interacción con otros sistemas atmosféricos está generando precipitaciones de fuertes a muy fuertes en el occidente, centro y sur del país, incluyendo el Valle de México.
El pronóstico para los próximos días apunta a un escenario complejo:
- Lunes 26 de mayo: lluvias muy fuertes en Hidalgo, Puebla, Veracruz, Oaxaca y Chiapas, y ráfagas de viento de hasta 80 km/h en el norte.
- Martes 27 de mayo: lluvias intensas en el centro y sur del país, especialmente en Puebla, Veracruz, Guerrero, Oaxaca y Chiapas. Se espera que la baja presión refuerce las precipitaciones al avanzar por el litoral del Pacífico.
Junto con la amenaza de lluvias, se mantiene la ola de calor extrema en varios estados, con temperaturas que superan los 40 °C en Sonora, Sinaloa, Michoacán, Tabasco, Campeche y Yucatán. Esta combinación de calor, humedad y actividad ciclónica no solo complica la situación meteorológica, sino que también aumenta los riesgos de incendios forestales, inundaciones y deslaves.
En términos técnicos, un ciclón tropical es un sistema de baja presión con bandas nubosas que giran en espiral. Su clasificación depende de la velocidad de los vientos:
- Depresión tropical: <63 km/h
- Tormenta tropical: 63-118 km/h
- Huracán: >118 km/h
El nombre “Alvin” lo recibiría al alcanzar la categoría de tormenta tropical. Si continúa fortaleciéndose, podría escalar a huracán. Aunque aún es pronto para definir su categoría final, el hecho de que sea el primero de una temporada que se prevé intensa —con hasta 20 sistemas en el Pacífico, incluyendo 4 a 6 huracanes mayores— es suficiente para mantener el monitoreo constante.
El recuerdo del huracán John, que tocó tierra en septiembre de 2024 como categoría 3 y dejó 29 personas muertas en Guerrero, Oaxaca y Michoacán, sigue fresco. Por eso, aunque “Alvin” todavía no tiene rostro ni fuerza de impacto, el sistema de Protección Civil ya debe estar coordinando protocolos, especialmente en las regiones del Pacífico Sur.
El mensaje de fondo es claro: el cambio climático no está en pausa, y cada temporada de huracanes se vuelve una nueva prueba para la infraestructura, la coordinación gubernamental y la resiliencia social. En medio del calor extremo, lluvias fuera de patrón y eventos climáticos cada vez más erráticos, prepararse con anticipación no es precaución: es supervivencia.




