La noche del 17 de mayo, una maniobra que debía ser rutinaria terminó en tragedia para la Secretaría de Marina (Semar). El Buque Escuela Cuauhtémoc, emblema de formación naval mexicana, colisionó con la plataforma del puente de Brooklyn, en Nueva York, mientras zarpaba del puerto tras cuatro días de estancia. El accidente cobró la vida de dos jóvenes cadetes: América Yamilet Sánchez, de 21 años y originaria de Xalapa, Veracruz, y Adal Jair Marcos, procedente de San Mateo del Mar, Oaxaca.
Ambos formaban parte de la tripulación de 277 personas —213 hombres y 64 mujeres— que integran el recorrido internacional del velero, una gira de instrucción naval planeada para recorrer 22 puertos en 15 países durante 254 días. El viaje, enmarcado en el programa conmemorativo del “Bicentenario de la Consolidación de la Independencia en la Mar”, ya había tocado puertos como Cuba, Jamaica e Islandia antes de llegar a Estados Unidos.
Según los primeros reportes, el accidente ocurrió en plena maniobra de zarpe. Testigos indicaron que los cadetes se encontraban en los mástiles del buque al momento del impacto. La Semar reportó 22 lesionados —tres con heridas de consideración—, pero sin personas caídas al agua. Las causas exactas del percance aún están bajo investigación, aunque la Marina se comprometió públicamente a llevarla con “transparencia y responsabilidad”.
Las reacciones oficiales no se hicieron esperar. La gobernadora de Veracruz, Rocío Nahle, expresó su solidaridad con la familia de América Sánchez, subrayando su reconocimiento a la labor de la Marina. Por su parte, el almirante Raymundo Pedro Morales, titular de la Semar, declaró que mantiene comunicación constante con las familias de los afectados y dará seguimiento puntual a la investigación.
América Yamilet, reconocida por su compromiso y trayectoria como nadadora, compartió en redes sociales horas antes del accidente imágenes de su estancia en Nueva York. Adal Jair, descrito como apasionado por los viajes y la vida en altamar, fue también recordado por familiares y amigos como un joven disciplinado y entregado al servicio.
Además de las condolencias, se ha iniciado el proceso de repatriación de los cuerpos y atención médica para los heridos. Este episodio abre preguntas sobre los protocolos de seguridad en embarcaciones de formación y sobre cómo se evalúan los riesgos en maniobras de zarpe en contextos internacionales. Mientras la travesía del Cuauhtémoc continúa, la sombra de esta pérdida pesa sobre su velamen.