- Mientras algunos grupos de padres alzan la voz por lo que consideran una violación a su derecho a convivir con sus hijos, tres mujeres decidieron compartir su experiencia desde el otro lado de la moneda: Stephanie Atilano, Jimena Martín y Mayra Reyes, madres que aseguran haber sido víctimas de violencia vicaria y acoso por parte de sus exparejas, miembros de asociaciones como “Defensoría de los derechos del Padre del Estado de Aguascalientes A.C.” y “No más hijos rehenes”.
Stephanie, madre de un niño de 6 años, relató que desde el embarazo enfrentó un ambiente de violencia. “Empiezo a llevar todo legal para evitar problemas, él empieza a ver al niño en Casa Libertad porque es donde me sentía segura, pero seguía violentándome. Iba más con intención de violentar que de ver al niño”.
Aclaró que el padre nunca dejó de ver a su hijo: “Siempre ha tenido sus convivencias, se le fija una pensión. Ellos piensan que nosotras fijamos la cantidad, y no es así, se hace el estudio socioeconómico y en juzgados es donde se decide”.
Una de las principales problemáticas es la falta de cumplimiento económico. “Tiene más de un año sin dar nada, y sigue teniendo convivencia con su hijo. Yo siempre he cumplido en los días y horas que le corresponden. Nunca se lo he negado, solo cuando ha estado enfermo”, puntualizó.
Además, denunció que el padre del niño expuso en redes sociales tanto sus datos personales como los del menor, incluyendo dirección y escuela, a pesar de tener una orden de restricción y protección. “Siempre era estar encima de mí. Necesito que me dejes, tú cumple con lo tuyo”, dijo, al relatar el acoso continuo que ha enfrentado.
Jimena Martín, por su parte, contó que su expareja intentó embargarla utilizando documentos falsificados. “Estando yo con mi hija, llegaron a embargarme por un pagaré de 300 mil pesos que supuestamente yo le debía. El juzgado ya dictó sentencia donde se condena al pago del juicio por haber intentado hacer efectivo un documento falso”.
Ella también denunció una campaña de desprestigio por parte de su exesposo en redes sociales, donde se le acusa falsamente de alienación parental, drogadicción y enfermedades mentales. A pesar de estas agresiones, el padre mantiene convivencias regulares con su hija.
Mayra Reyes, residente de Estados Unidos, explicó que durante años trabajó en el extranjero para sostener a sus hijos, mientras el padre, según denunció, desviaba recursos, ocultaba ingresos y utilizaba la excusa de la convivencia para mantener el control sobre ella. “Llegó a decirme que, si quería arreglar los papeles de los niños, tenía que casarme con él. Siempre hubo violencia, incluso económica”.
También denunció que sus hijos fueron víctimas de maltrato durante las convivencias, y que las agresiones eran encubiertas por una narrativa de victimización del padre. “Apretaban sus manitas, los aventaban a la alberca. La escuela reportó que mis hijos se alteraban al verlo”, dijo. “Se victimizan, pero exigen derechos que nunca se les han negado”.
Las tres mujeres coincidieron en que buscan visibilizar cómo algunos integrantes de estas asociaciones, que en apariencia promueven la convivencia, utilizan a sus hijos como herramienta para continuar violentándolas, y exigen derechos sin cumplir con sus responsabilidades. “No nos negamos a la convivencia, pero queremos que también cumplan. ¿Por qué tienen que hacer las cosas tan difíciles cuando uno está cumpliendo con su parte?”, cuestionó Stephanie.
Finalmente, hicieron un llamado a otras mujeres a no quedarse calladas. “Lleven sus procesos legalmente. A veces nos quedamos calladas viendo por el bien de nuestros hijos, pero también hay límites. Lo que buscamos es estar tranquilas y protegernos”, concluyeron.