- Un espacio fundado por activistas de la salud mental y la inclusión
- Ofrece menú artesanal, co-working y red de acompañamiento emocional
Dirigido a neurodivergentes, disidencias y personas en busca de un espacio seguro
En medio del ritmo vertiginoso de la ciudad, Simo Café emerge como un espacio que va más allá del café: es una declaración de principios, un lugar sin moldes, sin prejuicios y con una profunda vocación por la inclusión. El proyecto, impulsado por Ire Márquez y Erika González -fundadoras también de la asociación REC·KONECTA- nació como una extensión natural del trabajo comunitario que ambas han desarrollado por años.
“Nos conocemos desde hace casi 10 años y hemos trabajado en varios proyectos juntas. Cuando vimos este espacio con cocina montada, simplemente dijimos: ‘Vamos a hacer un café’”, cuenta Ire con una sonrisa. Así, a principios de año, el sueño tomó forma y abrió sus puertas con una propuesta clara: ser un lugar seguro para todas, todos y todes.
Simo Café no es un negocio convencional. Desde su concepción se pensó como un refugio en el que la diversidad no solo se respeta, sino que se celebra. Está dirigido a personas neurodivergentes, disidencias, estudiantes, profesionistas y cualquier persona que necesite un espacio donde simplemente pueda ser: “Aquí no nos interesan las pretensiones, no nos gusta la gente que no se ríe ni la que no expresa lo que siente”, afirma Ire.
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El menú también refleja esta filosofía. Con un enfoque en ingredientes artesanales y procesos cuidados, ofrecen biscuits dulces y salados, bebidas preparadas por una barista especializada y café de origen chiapaneco: “Todo está hecho con mucho amor. Nos han asesorado chefs, y cuidamos cada detalle para ofrecer algo realmente especial”, señala.
Pero Simo Café no se queda solo en lo gastronómico. El lugar también se está adaptando como espacio de co-working, para que quienes lo deseen puedan pasar horas productivas en un ambiente relajado y acogedor. El horario actual es de viernes a lunes, de 9 de la mañana a 3 de la tarde.
El proyecto también funciona como una puerta de entrada a los servicios de REC·KONECTA: “Si alguien necesita acompañamiento en temas de salud mental, identidad o neurodivergencia, puede acercarse con toda confianza. Contamos con una red de médicas, médicos, psiquiatras, psicólogas y especialistas para canalizar cada caso”, explica Ire.
En un estado donde los espacios diversos aún son escasos, Simo Café representa un oasis necesario: “Parece que hay más espacios, pero también más segregación. Por eso este lugar es importante, para quien busca compañía, escucha o simplemente un café que sepa a hogar”, concluye.




