Con el nombre de un personaje que suena inofensivo, Erick se perfila para convertirse en el primer huracán de alto impacto de la temporada 2025 en el Pacífico mexicano. Aunque todavía es una tormenta tropical, el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) y el Centro Nacional de Huracanes de EEUU han advertido que podría intensificarse hasta categoría 3 antes de tocar tierra entre Oaxaca y Guerrero, la madrugada del jueves 19 de junio.
Desde el martes 17, el fenómeno se desplaza velozmente hacia el noroeste, y ya ha dejado sentir sus efectos en Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Veracruz, Puebla y Tabasco, con lluvias intensas, oleaje elevado y rachas de viento superiores a 70 km/h. Las autoridades han emitido zonas de vigilancia por huracán desde Bahías de Huatulco hasta Punta Maldonado, y por tormenta tropical desde Salina Cruz hasta Huatulco.
El riesgo no es menor. En Oaxaca, al menos 22 municipios costeros y serranos podrían verse afectados por inundaciones, deslaves y crecida de ríos, según detalló Laura Velázquez, coordinadora nacional de Protección Civil. En Guerrero, zonas como Marquelia, Cuajinicuilapa y Acapulco están bajo alerta. Acapulco, en particular, vuelve a escena tras ser golpeado recientemente por Otis y Dalila.
Este es el pronóstico, día por día:
- Martes 17: lluvias intensas de hasta 150 mm en Guerrero, Oaxaca, Chiapas y sur de Veracruz.
- Miércoles 18: se prevé que Erick llegue a categoría 1, con posibilidad de alcanzar categoría 2 en la noche. Se estiman lluvias torrenciales de hasta 250 mm en Oaxaca y regiones limítrofes.
- Jueves 19: posible llegada como huracán categoría 3, con lluvias extraordinarias (más de 250 mm) en las costas de Oaxaca, Chiapas y Guerrero.
Además, el SMN reporta que el fenómeno se verá reforzado por un canal de baja presión y humedad proveniente del Golfo de México y el mar Caribe, lo que amplificará el temporal hacia estados del centro como Ciudad de México, Puebla, Querétaro, Guanajuato, San Luis Potosí, Michoacán y hasta Nuevo León.
La infraestructura institucional… ¿está lista?
Las dependencias federales han activado protocolos y emitido recomendaciones puntuales. Pero si la experiencia con huracanes anteriores sirve de algo, no bastan las alertas si los municipios no cuentan con infraestructura adecuada, albergues funcionales ni planes de emergencia actualizados. En muchos casos, los desastres no llegan por la tormenta, sino por la falta de preparación.
Las lluvias que se pronostican para Oaxaca y Guerrero esta semana superan por mucho los promedios mensuales, y pueden provocar desbordamientos, afectaciones agrícolas, cortes de energía y daños en caminos rurales.
Aunque Erick aún no es un huracán mayor, la rapidez de su evolución y la conjunción de fenómenos atmosféricos hacen de este evento algo más que una tormenta. Es una advertencia: el clima extremo ya no es excepción, sino rutina.
La pregunta no es si el huracán llegará, sino cómo se recibirá. Porque prevenir ya no es una opción técnica: es un mandato de supervivencia.