A eso de las dos de la madrugada del 15 de junio, cuando medio Monterrey apenas dormía tras los brindis del Día del Padre, una intensa luz cruzó el cielo nocturno. El fenómeno, descrito por usuarios de redes como una “bola de fuego”, desató una avalancha de videos virales y teorías cósmicas: ¿un meteoro, un meteorito o simple basura espacial con complejo de estrella?
Según Protección Civil de Nuevo León, hubo múltiples llamadas al 911 desde al menos 13 municipios reportando el avistamiento del objeto luminoso y un estruendo posterior que, en algunos casos, fue acompañado por ligeras vibraciones. Entre los municipios que lo presenciaron están Allende, Montemorelos, Santa Catarina, San Pedro, Escobedo y, por supuesto, Monterrey. Las imágenes también se replicaron desde Saltillo, Tamaulipas y hasta el sur de Texas.
Aunque la palabra “meteorito” fue tendencia, las autoridades y expertos han evitado usarla sin pruebas concluyentes. El físico Pablo Barrera, académico de la UANL y del INAOE, mencionó que el satélite GOES-19 detectó un cuerpo celeste cuya trayectoria terminó cerca del entronque San Roberto, en la carretera 57. Sin embargo, todavía no hay registro físico de impacto, ni daños reportados.
Y aquí es donde entra el glosario improvisado que tanto circuló en redes:
- Meteoro: cuando el objeto se quema en la atmósfera y se convierte en una “estrella fugaz”.
- Meteorito: si parte del cuerpo sobrevive y golpea el suelo.
- Bólido: un meteoro particularmente brillante que puede incluir estruendo.
- Basura espacial: restos tecnológicos en descomposición orbital que también pueden dar shows inesperados.
- Meteoroide: versión en roaming espacial, antes de entrar a la atmósfera.
La Sociedad Astronómica de Nuevo León se sumó a las conjeturas con una hipótesis más técnica: lo observado podría tratarse de un bólido, un fragmento de roca espacial con cierto gusto por el dramatismo visual. El tono verdoso del objeto observado sugiere la posible presencia de níquel, lo que también podría indicar origen metálico. Nada de señales alienígenas… por ahora.
Tanto Protección Civil como CENAPRED y la Coordinación Nacional de Protección Civil siguen investigando, aunque dejaron claro que fenómenos así no son tan raros: el cielo de México, como el de cualquier otro país, recibe de vez en cuando estos visitantes interestelares que, si bien son inofensivos en la mayoría de los casos, alimentan el imaginario colectivo mejor que cualquier serie de Netflix.
Por ahora, no hay cráter, ni pedazo de roca que certifique el impacto. Solo videos borrosos, exclamaciones en mayúsculas y la renovada costumbre de mirar al cielo, celular en mano, esperando que el siguiente destello no sea solo el reflejo de un dron. Aunque no sepamos si fue meteoro o basura espacial, el bólido —o lo que haya sido— logró lo que pocos: poner a científicos, tiktokers y autoridades a mirar hacia la misma dirección. Literalmente.




