En mayo de 2025, la inflación anual en México alcanzó un 4.42 %, su punto más alto en lo que va del año, impulsada principalmente por el encarecimiento de productos de consumo cotidiano como el pollo, el jitomate y la papaya. Esta cifra no solo representa un quiebre en la tendencia descendente observada hasta abril, sino que también supera el rango objetivo del Banco de México (3 % ±1), encendiendo alertas sobre la estabilidad económica y el rumbo de la política monetaria.
El Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) registró un aumento mensual de 0.28 %, según datos del Inegi. Aunque la cifra anual es menor que la registrada en mayo de 2024 (4.69 %), el alza tiene un impacto más sensible al provenir de productos básicos que afectan directamente al presupuesto de los hogares, especialmente en contextos de bajos ingresos. Entre los artículos que más incrementaron su precio destacan la papaya (hasta 20.13 %), el pollo (entre 8.96 % y 10.62 %, según el periodo), el jitomate (entre 4.37 % y 10.03 %) y la carne de res.
En contraste, algunos rubros presentaron reducciones significativas. La electricidad tuvo una caída de hasta -18.45 %, producto de los subsidios estacionales por la temporada cálida en 11 ciudades, y otros bienes como el transporte aéreo, servicios turísticos en paquete y refrigeradores también mostraron retrocesos de precios. No obstante, la baja en productos no esenciales o de consumo diferido no compensa el alza en alimentos frescos y vivienda, rubros que concentran buena parte del gasto familiar.
Desde el análisis técnico, la inflación subyacente (sin incluir bienes con precios volátiles) subió 4.06 % anual, mientras que la no subyacente —que incluye energéticos y productos con precios regulados— se disparó 5.34 %, evidenciando una presión estructural más persistente. Banco Base subrayó que mayo históricamente era un mes de baja inflación, pero desde 2020 ha mostrado comportamientos atípicos, lo que complica aún más la previsión de tendencias.
Frente a este escenario, expertos señalan que el Banco de México podría verse obligado a pausar su ciclo de recortes a la tasa de interés para evitar una desanclaje en las expectativas inflacionarias. “El canal de expectativas es uno de los más importantes en la transmisión de política monetaria en el país”, señala el análisis de Banco Base.
En el trasfondo económico, la OCDE ha advertido que el crecimiento de México podría limitarse a 0.4 % en 2025, influido tanto por factores internos como por el clima de incertidumbre internacional, especialmente con el posible retorno de Donald Trump al poder en EEUU, lo cual introduce un componente adicional de riesgo para la economía nacional.
En síntesis, el repunte inflacionario en mayo no es solo una estadística más: revela una fragilidad estructural del modelo de contención de precios y obliga a revisar no solo las tasas de interés, sino también las políticas públicas orientadas al consumo básico, la seguridad alimentaria y la protección del poder adquisitivo. No se trata de una “crisis inflacionaria”, pero sí de una alerta que exige atención más allá de los indicadores técnicos.