Lenacapavir, la inyección contra el VIH fue aprobada por la FDA, pero llega con barreras económicas - LJA Aguascalientes
14/07/2025

La FDA ha dado luz verde al uso profiláctico del lenacapavir, un fármaco de acción prolongada fabricado por Gilead Sciences que promete una eficacia del 99.9% en la prevención del VIH mediante dos inyecciones al año. Comercializado como Yeztugo, este avance fue catalogado por Science como el descubrimiento científico más importante de 2024, y algunos especialistas como Mitchell Warren lo consideran la mejor herramienta de prevención en más de cuatro décadas de epidemia. La ONU estima que, de no cambiar el rumbo, para 2030 podrían sumarse más de 6 millones de muertes por SIDA. Pero el futuro esperanzador de esta “revolución médica” tiene un obstáculo monumental: su precio.

En Estados Unidos, el tratamiento anual costará más de 28 mil dólares por paciente, lo que ha desatado críticas desde ONUSIDA, que alerta que el lenacapavir está “fuera del alcance” para quienes más lo necesitan. De hecho, solo 2.5 millones de personas podrán recibir el medicamento en su primera etapa de fabricación. Gilead ha prometido distribuirlo “sin fines de lucro” en 120 países de bajos ingresos, mediante licencias voluntarias a farmacéuticas locales. Sin embargo, esa estrategia deja fuera a países de ingresos medios como Brasil, México o Sudáfrica, donde se concentra cerca del 25% de las nuevas infecciones globales.

El segundo gran obstáculo para su implementación masiva proviene del terreno político. En Estados Unidos, el gobierno de Donald Trump ha desmantelado fondos clave para la prevención del VIH, como el PEPFAR, y recortado recursos a Medicaid, afectando a poblaciones vulnerables. Según ONUSIDA y expertos como Asia Russell, esto reproduce una lógica de exclusión donde solo una minoría accede a tratamientos innovadores, mientras el resto debe conformarse con métodos menos eficaces, como las píldoras orales de un dólar por dosis.

Aunque Gilead insiste en que buscará facilitar el acceso a través de programas de asistencia y seguros médicos, activistas como Jeremiah Johnson advierten que la historia se repetirá: promesas científicas bloqueadas por muros financieros. La aprobación del lenacapavir representa, sí, un hito médico, pero también una prueba de fuego para los compromisos globales contra el VIH. Sin acceso, no hay avance. Sin voluntad política, no hay prevención.

Vía Tercera Vía


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