Todo el mundo cree que las personas queer solo escuchan a Lady Gaga y a Madonna cuando necesitan un empujón emocional. Y sí, a veces es cierto. Pero no siempre. También hay quienes se atrincheran emocionalmente con Florence + The Machine, sobreviven al día con Robyn o le gritan a su reflejo mientras suena Cellophane de FKA twigs. Porque no todos los himnos queer tienen que ser para perrear con glitter.
En pleno mes del orgullo, cuando Spotify, Apple Music y hasta el Oxxo te quieren vender playlists con la misma docena de canciones recicladas, conviene preguntarse: ¿y si la resistencia queer también se ha escrito con autotune, sintetizadores y dolor bien producido?
Pop: del baile a la supervivencia emocional
Para muchas personas LGBT+, el pop no ha sido solo entretenimiento: ha sido lenguaje secreto, refugio emocional, espejo emocionalmente exagerado. Canciones como Dancing On My Own de Robyn o Born This Way de Lady Gaga no solo se volvieron himnos; se volvieron herramientas para inventarse a sí mismes en contextos hostiles.
«Esa parte de Dancing On My Own donde ella está en la esquina mirando a alguien más besar a su pareja… yo la escuchaba en el metro, con el corazón roto, y sentía que alguien me estaba viendo de verdad», cuenta Sergio, 32 años. Ese es el poder del pop: decir en voz alta lo que tu entorno quiere que calles.
Y mientras el mainstream reconocía a Gaga como “la madre monstruo”, otros himnos se cocinaban en paralelo. Cool for the Summer de Demi Lovato, Strangers de Halsey con Lauren Jauregui, o Honey de Robyn han sido apropiados como declaraciones queer sin necesidad de venir con etiqueta.
Electrónica: glitch, deseo y rareza
En la electrónica, el espacio queer ha sido tan ruidoso como poético. SOPHIE, artista trans pionera del hyperpop, cambió la forma en que se escuchaban los cuerpos en la música. Su tema Immaterial no solo fue una pista para bailar, sino una reflexión sobre identidad, artificio y corporalidad.
Lo mismo puede decirse de Arca, que desde los beats distorsionados de Time o Nonbinary crea un espacio donde el género, el deseo y el ruido se mezclan. «La primera vez que escuché Nonbinary sentí que alguien había hecho música de lo que me pasaba por dentro. No era bonita. Era real», dice Alex, persona no binaria.
Rock y disidencia desde el margen cool
Aunque no sea el primer género que se piensa como “queer-friendly”, el rock también ha sido hogar para muchas disidencias. Desde la ambigüedad glam de David Bowie hasta el existencialismo synthpop de The xx, pasando por el punk elegante de Placebo o la energía queer de Perfume Genius.
En los márgenes más suaves, Night Time, My Time de Sky Ferreira o Two Weeks de FKA twigs han sido himnos de la rareza, de lo abyecto con brillo. Son canciones para quienes no encajan ni siquiera en lo queer comercial.
Un párrafo para el pop en español (sí, uno nada más)
Aunque la escena angloparlante domina las playlists del orgullo, también hay pop en español que ha calado hondo. Mujer contra mujer de Mecano (sí, envejeció mal, pero fue un parteaguas), Nada de La Bien Querida, Aunque no sea conmigoen la versión de Bunbury con Zoe, o Amor completo de Mon Laferte han sido refugio emocional para muchxs. Pero aún falta industria, narrativa y disrupción para que el pop en español se atreva a ser queer sin pedir permiso ni disfrazarse de metáfora.
El orgullo también se baila, claro. Pero muchas veces se sobrevive con audífonos puestos y el volumen al máximo. En un mundo que sigue queriendo que lo queer se vea limpio, feliz y comercializable, estas canciones nos recuerdan que también hay belleza en lo raro, lo torcido, lo abiertamente inadaptado.
Porque resistir no siempre suena a grito: a veces suena a beat, sintetizador y voz quebrada. Y eso también es revolución.
PLAYLIST PARA RESISTIR (CON BEAT Y RAREZA)
- “Dancing On My Own” – Robyn
Dolor, orgullo y pista de baile. Un clásico instantáneo. - “Immaterial” – SOPHIE
Identidad líquida, electrónica afilada. Desmaterializarse como acto queer. - “Two Weeks” – FKA twigs
Sexualidad vulnerable y poderosa. Belleza alienígena. - “Born This Way” – Lady Gaga
El manifiesto que no pasa de moda. Sigue siendo necesario. - “Nonbinary” – Arca
Ruidos, declaraciones, quiebres. Género sin traducción. - “Strangers” – Halsey feat. Lauren Jauregui
Pop lésbico que no pide permiso ni se esconde tras pronombres neutros. - “Night Time, My Time” – Sky Ferreira
Cuando el pop se hace desde el insomnio y la incomodidad. - “Placebo” – Without You I’m Nothing
Ambigüedad, adicción emocional y guitarras que lloran. - “Cool for the Summer” – Demi Lovato
Bi-curiosidad pop convertida en hit de libertad. - “Amor completo” – Mon Laferte
Pop confesional para corazones queer que aman sin manual.
¿Cuál de estas canciones te sostuvo cuando nadie más lo hacía?




