En un mundo donde los dispositivos se comunican, las ciudades se vuelven inteligentes y la inteligencia artificial toma decisiones en segundos, sorprende pensar que la energía, el motor de todo, aún fluye como hace medio siglo: en una sola dirección, sin saber de quién la usa, cómo ni cuándo.
Pero eso está por cambiar, y no desde Silicon Valley, ni desde Europa, sino desde México. Una startup mexicana llamada Plugcy está desarrollando lo que podría convertirse en una revolución energética global: el Internet de la Energía.
Así como el internet transformó la forma en que compartimos información, Plugcy quiere transformar cómo compartimos, usamos y gestionamos la energía. Su sistema, impulsado por inteligencia artificial y tecnologías de última generación, conecta vehículos eléctricos, hogares, paneles solares, baterías, semáforos, estaciones de carga y redes eléctricas públicas en una sola red inteligente que se comporta como un sistema nervioso digital.
Una red que siente. Que piensa. Y que reacciona en tiempo real.
Durante décadas, la red eléctrica ha funcionado bajo un modelo unidireccional: la energía fluye desde grandes plantas generadoras hacia los hogares y negocios. Pero ese modelo ya no da más. El crecimiento de la generación distribuida (como los paneles solares en los techos), el auge de los vehículos eléctricos y las olas de calor, tormentas o emergencias climáticas han creado un ecosistema complejo y descoordinado, donde la falta de comunicación entre los actores energéticos genera pérdidas, cortes, precios volátiles y, en muchos casos, una peligrosa inestabilidad.
Lo que Plugcy propone no es solo una solución técnica. Es una nueva forma de entender la energía: como algo vivo, dinámico y colaborativo. Su sistema se basa en pequeños agentes de inteligencia artificial que se instalan en cada nodo del sistema—ya sea un coche eléctrico, una batería, un edificio, una estación de carga o una granja solar. Estos agentes aprenden del comportamiento local (cuándo se consume más energía, qué fuentes hay disponibles, cuál es el mejor momento para almacenar o vender electricidad), y envían información segura y cifrada a un cerebro central que coordina toda la red.
El resultado es una red eléctrica que puede adaptarse sola a lo que está ocurriendo en cada momento. Si hay una emergencia, Plugcy prioriza hospitales, ambulancias y centros de datos. Si hay exceso de energía solar, la red la almacena o la redirige automáticamente a zonas con mayor demanda. Si un coche necesita carga, negocia con la red el mejor precio posible, o incluso vende energía de vuelta cuando hay escasez.
“Estamos construyendo el sistema nervioso que hará que la energía sea tan fluida e inteligente como la inteligencia artificial”, explica Hammad Khan, CEO de Plugcy. “No se trata solo de distribuir energía, sino de entenderla y adaptarla al entorno en tiempo real.”

Una de las grandes ventajas del sistema es que no requiere una gran infraestructura nueva. Cualquier dispositivo energético puede integrarse fácilmente mediante un protocolo de conexión automática. Un panel solar, una batería o un coche se conecta, se identifica, y Plugcy lo incorpora al ecosistema en cuestión de minutos, sin técnicos ni configuraciones complicadas.
Además, la privacidad está garantizada. Plugcy utiliza aprendizaje federado, una tecnología que permite que cada dispositivo aprenda localmente sin compartir datos personales. La red solo recibe modelos entrenados, no información sensible. Y gracias a la tecnología blockchain, cada transacción energética queda registrada de forma segura, transparente y auditable. Sin cobros ocultos ni manipulaciones.
El impacto potencial es enorme. Plugcy puede:
- Reducir el desperdicio energético al aprovechar mejor los recursos existentes.
- Hacer más barato el uso de vehículos eléctricos, permitiendo incluso que generen ingresos.
- Proteger infraestructuras críticas en situaciones de emergencia.
- Ofrecer precios dinámicos y justos en tiempo real.
- Convertir cada hogar, cada vehículo, cada edificio en parte activa de una red colaborativa.
Todo esto, desde México. En un entorno global que muchas veces subestima la innovación latinoamericana, Plugcy está demostrando que las grandes ideas pueden surgir aquí y ser exportadas al mundo. La empresa ya ha presentado una patente en Estados Unidos y está trabajando con empresas de energía, fabricantes de vehículos eléctricos y autoridades locales en proyectos piloto para validar su tecnología.
“No solo formamos parte del cambio energético global”, dice Khan, “estamos ayudando a liderarlo desde Latinoamérica, con talento local y visión global.”
El futuro que imagina Plugcy no es una utopía. Es un camino claro hacia un sistema energético más humano. Uno que no solo responda a las demandas del presente, sino que sea capaz de anticiparse al futuro. Un ecosistema que aprende, que escucha, y que prioriza lo que de verdad importa: las personas, la seguridad, la sostenibilidad.
Plugcy ya está en conversaciones con gobiernos, operadores de transporte, empresas desarrolladoras y proveedores de energía para integrar su plataforma en ciudades inteligentes, flotas eléctricas, comunidades solares y más. Además, abrirá su sistema a terceros, a través de APIs seguras, para que cualquier organización o emprendedor pueda conectarse y aportar soluciones complementarias.
Porque este proyecto no se trata solo de energía. Se trata de cómo vivimos, nos movemos, y cuidamos el planeta que compartimos.




