Otra institución autónoma menos. La Cámara de Diputados, con mayoría de Morena y sus aliados, aprobó la desaparición del CONEVAL, el organismo que durante casi dos décadas se encargó de evaluar la pobreza y revisar si los programas sociales realmente estaban funcionando. El movimiento ha sido calificado por la oposición y analistas como un golpe directo a la transparencia, pero para Morena es simplemente una medida para “hacer más eficiente” el sistema.
La propuesta ya venía avanzando desde hace meses, pero este martes se concretó con 353 votos a favor y 126 en contra. Con esto, sus funciones pasarán al INEGI, que ahora no solo recolectará los datos, sino que también los interpretará. En otras palabras: el gobierno ya no tendrá a nadie externo que le diga si lo está haciendo bien o mal con su política social.
¿Por qué eliminaron el CONEVAL?
Oficialmente, la respuesta es “eficiencia” y “menos burocracia”. Pero en tribuna se dijeron otras cosas más directas.
La diputada de Morena Antares Vázquez Alatorre acusó al CONEVAL de “torcer cifras”, especialmente después de que el organismo difundiera que tras la desaparición del Seguro Popular, 55 millones de personas se quedaron sin acceso a servicios de salud. Para ella, eso fue una mentira.
Otra diputada, Gissel Santander, dijo que tener una institución como el CONEVAL era innecesario porque “ya existe el INEGI”, quien se encarga de recabar datos. Según su argumento, con eso basta. “No es necesario tener otra que los analice”, dijo, como si evaluar políticas públicas fuera una tarea opcional y no vital.
¿Qué dicen los que están en contra?
La oposición no tardó en responder. Legisladores del PRI, PAN, PRD y Movimiento Ciudadano señalaron que esto no es una reestructura: es una eliminación. Y lo peor: según ellos, se está quitando un contrapeso para que el gobierno ya no tenga a nadie que le diga si sus programas sirven o no.
“La pobreza no se combate con discursos, se combate con resultados. Y con Morena, tenemos evaluación ausente y pobreza presente”, dijo Verónica Pérez, diputada del PAN.
Para Nadia Navarro (PRI), la desaparición del CONEVAL representa un “atentado contra la democracia”, mientras que desde MC advirtieron que esto permitirá al gobierno controlar por completo los datos sobre bienestar, sin nadie que los cuestione.
¿Y por qué debería importarnos esto?
Porque sin un organismo independiente que evalúe cómo vamos en combate a la pobreza, los datos se pueden manipular o ajustar según la narrativa política del momento.
Imagina que vas a un examen, tú haces las preguntas, tú das las respuestas… y también tú te pones la calificación. Así de raro se siente ahora el panorama con el gobierno evaluando sus propios resultados en política social.
Como han dicho varios analistas: el árbitro se quitó el silbato, se puso la camiseta del equipo y se metió a jugar. Con el CON-EVAL fuera del mapa, se da otro paso hacia la centralización de la información y de la evaluación de políticas públicas.
Ahora, será el INEGI quien se encargue de medir la pobreza y evaluar los programas sociales. Sí, es una institución seria, pero también está adscrito al gobierno federal, y ya no habrá una voz externa que diga: “esto no está funcionando”.
Aunque parezca lejano, esta decisión puede afectar directamente cómo se diseñan o reparten los apoyos sociales, qué políticas se priorizan y cómo se justifica el gasto público. Si no hay alguien independiente que lo revise, es más fácil simular que todo va bien aunque no lo esté.
