Mientras el algoritmo sigue dictando lo que ven millones de niños y niñas en redes sociales, la Unión Europea se sienta a discutir si es momento de ponerle freno, o al menos una edad mínima, al acceso de menores a plataformas digitales. No se trata solo de prohibir TikTok antes de los 15, sino de establecer una arquitectura legal común para toda la UE que regule lo que hasta ahora ha sido un terreno libre para las big tech.
La iniciativa fue impulsada originalmente por España, Francia y Grecia, con el respaldo posterior de países como Dinamarca, Eslovenia, Eslovaquia, Chipre e Italia. Todos coinciden en que es urgente establecer una edad mínima comunitaria para acceder a redes sociales, aunque aún no hay consenso sobre si ese límite debe fijarse en los 15 o 16 años. Mientras tanto, Alemania se mantiene reservada y Bélgica evalúa su posición, según reportes de EFE, DW y El País.
De la hiperconectividad a la hiperpreocupación
Las razones detrás del impulso regulador son múltiples, pero confluyen en un punto: la salud mental y el bienestar de los menores. La ministra francesa de Asuntos Digitales, Clara Chappaz, lo resumió en términos contundentes: las redes sociales generan “adicción” y afectan la capacidad de atención de niños y adolescentes. Citó una estadística alarmante: 2 de cada 10 menores interrumpen su sueño nocturno para revisar notificaciones.
Por su parte, Dinamarca —que asumirá la presidencia rotatoria de la UE a partir de julio— ya adelantó que hará del tema una prioridad. “Los niños deben estar tan protegidos en línea como lo están en el mundo real”, dijo la ministra de Digitalización Caroline Stage Olsen.
Los estudios que respaldan la iniciativa señalan que el diseño algorítmico de las redes expone a los menores a contenido nocivo, fomenta la comparación corporal, y agudiza problemas como la ansiedad, la depresión y la baja autoestima. Como ejemplo, se citó el caso del hashtag #SkinnyTok en TikTok, eliminado tras presión francesa por promover estándares de delgadez extremos.
Más que edad mínima: un nuevo ecosistema de control parental
No se trata solo de fijar un número. La propuesta plantea un enfoque más amplio que incluye:
- Verificación de edad robusta al momento de crear cuentas.
- Controles parentales integrados en todos los dispositivos móviles.
- Limitación del tiempo de exposición de menores a ciertos contenidos.
- Incorporación de tecnología de verificación desde la fabricación de smartphones.
Como parte de esta estrategia, la Comisión Europea lanzará en julio una aplicación móvil piloto que permitirá verificar si un usuario es mayor de edad. Esta herramienta servirá de puente hasta que entre en vigor el Monedero Digital Europeo en 2026, un sistema de identificación digital que funcionará para trámites bancarios, administrativos y —ahora también— el acceso a plataformas.
El objetivo, según los impulsores, es claro: recuperar terreno en una batalla donde los menores acceden a redes mintiendo su fecha de nacimiento, sin que las plataformas lo impidan. “Hoy, la verificación de edad es posible”, insistió Chappaz.
Entre la regulación y la resistencia: el caso del porno en línea
El debate sobre edad mínima también se cruza con la exigencia de verificar la mayoría de edad para acceder a sitios de contenido pornográfico. Esta misma semana, la empresa Aylo —propietaria de Pornhub, Youporn y Redtube— decidió bloquear el acceso a sus sitios en Francia, como protesta ante la nueva regulación que obliga a verificar la edad de los usuarios.
La respuesta de las autoridades fue categórica: “El contenido para adultos solo debe ser para adultos”, señaló Chappaz, mientras que el ministro español Óscar López agregó que “ninguna plataforma pornográfica le va a decir a Europa lo que tiene que hacer y mucho menos en un asunto como este con los niños”.
Un frente común aún en construcción
Pese a la voluntad política expresada por varios gobiernos, aún no hay un acuerdo claro entre los 27 países de la UE. Algunos, como España y Eslovaquia, empujan por un límite de 16 años, mientras que Francia, Dinamarca y Grecia prefieren los 15. Alemania no ha manifestado aún una postura firme, lo que podría retrasar una directiva común.
La Comisión Europea enfrenta además el reto de diseñar una norma aplicable a todo tipo de plataformas digitales —desde redes sociales hasta videojuegos y foros— sin vulnerar derechos como la privacidad o la libertad de expresión.
El resultado de esta discusión podría marcar un precedente global. Mientras países como Australia ya han establecido un límite de edad para redes sociales y otros como Nueva Zelanda y Noruega estudian hacerlo, la Unión Europea se plantea no solo ponerle cerco a los likes prematuros, sino diseñar un ecosistema donde infancia y redes no se anulen, pero tampoco se confundan.




