Ni el rugido de los motores eléctricos ni el furor por los SUV híbridos pudo evitarlo: el mercado automotriz mexicano se está desacelerando. Junio de 2025 cerró con una caída del 5.9% en ventas de autos nuevos respecto al mismo mes del año anterior, registrando 116,059 unidades comercializadas, según cifras del Inegi. Aunque la cifra acumulada del primer semestre (709,341 unidades) apenas representa una disminución del 0.2% frente al mismo periodo de 2024, los analistas coinciden en que la tendencia es clara: el sector ha perdido impulso desde abril.
Diversos factores contribuyen a este frenazo. En primer lugar, la política arancelaria impulsada por el presidente de EE.UU., Donald Trump, ha generado una alta incertidumbre sobre el futuro del comercio automotriz en la región, especialmente para aquellas marcas que no están cubiertas por el T-MEC. A esto se suma la transferencia de la inflación —que ronda el 4.5%— al precio final de los autos, lo cual ha limitado la capacidad de compra de los consumidores, de acuerdo con la Asociación Nacional de Proveedores del Sector Automotriz (Anapsa).
Eric Ramírez, de Urban Science, destaca que el repunte en ventas de flotillas durante abril y mayo logró amortiguar el golpe inicial, pero para junio ese motor ya no alcanzó. De hecho, este ha sido el primer junio con caída desde 2020, el año pandémico por excelencia. La cifra incluso supera la contracción de 2022, cuando las ventas cayeron 0.4% semestral. Hoy, la pérdida acumulada es de apenas 1,777 unidades, pero la tendencia ha encendido las alertas.
En términos de marcas, la caída no ha sido homogénea. Algunas, como Mitsubishi (+36%), Subaru (+31.6%) o Porsche (+27.7%), han logrado sortear el temporal, mientras que otras se desplomaron: Volvo (-49%), Acura (-37%), Seat (-22%) y Mazda (-21.4%) lideran la lista de las perdedoras. Incluso gigantes como General Motors (-12%) y MG (-10.5%) sufrieron retrocesos. Nissan se mantuvo estable, mientras Volkswagen retrocedió 5%.
Destaca el caso de las armadoras chinas como Chirey y Jetour, que desde hace meses dejaron de reportar sus cifras, lo que añade opacidad al panorama del segmento que más había crecido en años recientes. La AMDA (Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores) apunta que las marcas que ganan terreno —como Changan, KIA o Toyota— lo hacen gracias a su enfoque en híbridos, tecnología y financiamientos más flexibles.
A pesar de todo, algunas voces dentro de la industria se muestran cautelosamente optimistas. Daniel Nava, de MG Motor, atribuye parte de la caída a una estacionalidad natural, con la esperanza de una aceleración hacia fin de año. La industria espera alcanzar entre 1.49 y 1.52 millones de autos vendidos en 2025, aunque esto dependerá del comportamiento económico, la estabilidad política regional y el desenlace de las políticas comerciales de EE.UU.
Mientras tanto, Banxico advierte que la incertidumbre sigue presionando a la baja los indicadores macroeconómicos. Las regiones norte y centro del país podrían ser las más afectadas por su fuerte vinculación con el mercado exterior.
Así, el motor de la industria automotriz mexicana sigue encendido, pero ahora avanza con más cautela, esperando que el segundo semestre del año reactive la ruta hacia el crecimiento.