Julio César Chávez Jr., heredero de una de las leyendas más icónicas del boxeo mexicano, fue detenido el 2 de julio en Studio City, Los Ángeles, por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE). La captura no está vinculada a una pelea, sino a una serie de acusaciones por presuntos vínculos con el Cártel de Sinaloa, una orden de aprehensión vigente en México y múltiples irregularidades migratorias que van más allá del ring.
De acuerdo con el Departamento de Seguridad Nacional (DHS), Chávez Jr. es señalado como una “grave amenaza para la seguridad pública”. Según el comunicado oficial, el exboxeador enfrenta cargos por delincuencia organizada y tráfico de armas, municiones y explosivos. La Fiscalía General de la República (FGR) confirmó la existencia de una orden de aprehensión emitida en México desde marzo de 2023, reforzando así el proceso de extradición ya en marcha.
Pero el caso se complica aún más con las implicaciones migratorias: Chávez Jr. solicitó la residencia permanente legal en abril de 2024, basándose en su matrimonio con la ciudadana estadounidense Frida Muñoz Román. El vínculo llamó la atención de las autoridades, ya que Muñoz fue pareja de Édgar Guzmán López, hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán, y madre de Frida Guzmán, a quien Chávez Jr. reconoce como hijastra.
El ICE identificó declaraciones fraudulentas en la solicitud de residencia del boxeador y, tras una revisión del DHS, se determinó que se encontraba ilegalmente en Estados Unidos desde junio de 2025. A pesar de ello, bajo la administración de Biden se le permitió la entrada condicional al país, una medida que fue fuertemente criticada por la vocera Tricia McLaughlin, quien enfatizó que con Trump, “nadie está por encima de la ley, ni siquiera los atletas de fama mundial”.
Además de los señalamientos recientes, el historial de Chávez Jr. no ayuda. En enero de 2024 fue detenido por posesión de un rifle de asalto en Sherman Oaks, un arma conocida como “ghost gun”. Fue liberado bajo fianza y se le ordenó ingresar a un programa de tratamiento. Anteriormente, en 2012, ya había sido condenado por conducir bajo influencia de sustancias.
El caso también se ha vuelto un punto de tensión discursiva entre administraciones estadounidenses, mientras medios como TMZ, ESPN y Zeta documentan la caída en espiral de quien alguna vez fue promesa del boxeo. El DHS insiste en su presunta afiliación al Cártel de Sinaloa, aunque hasta ahora las pruebas no han sido presentadas públicamente. Lo cierto es que, entre pugnas legales, vínculos familiares y antecedentes penales, la figura de Chávez Jr. se desmorona bajo una narrativa más cercana al expediente judicial que a la épica del ring.