Con más de 700 millones de usuarios en todo el mundo, Netflix se convertirá este verano en la nueva vitrina de las misiones espaciales de la NASA. A través de una alianza estratégica, la plataforma transmitirá en vivo lanzamientos de cohetes, caminatas espaciales, coberturas de misiones e incluso vistas espectaculares de la Tierra desde la Estación Espacial Internacional. Todo esto gracias a la integración de NASA+, el servicio gratuito y sin publicidad de la agencia espacial estadounidense, ahora expandido al imperio del streaming.
La noticia, anunciada por la NASA en un comunicado oficial, marca un paso más en su esfuerzo por conectar con una audiencia global en una era donde los contenidos científicos también se disputan espacio con reality shows y series post-apocalípticas. Según Rebecca Sirmons, directora general de NASA+, esta colaboración responde al mandato de la Ley Nacional de Aeronáutica y del Espacio de 1958: compartir la historia de la exploración espacial con la mayor cantidad de personas posible. “Inspirar a las nuevas generaciones desde la comodidad del sofá o en la palma de su mano”, resumió.
Pero este movimiento no ocurre en el vacío. La decisión se da en un contexto de auge comercial del sector aeroespacial, impulsado principalmente por SpaceX, de Elon Musk, que en el primer semestre de 2025 ha realizado ya 81 lanzamientos y se mantiene como la única empresa con certificación para enviar humanos a la EEI. Así, la NASA no solo fortalece su presencia mediática, sino que también responde a un entorno donde la comunicación de sus avances debe competir con el músculo tecnológico del sector privado.
Aunque los detalles financieros de la alianza con Netflix no han sido revelados, el beneficio en términos de alcance es evidente: la agencia espera que esta colaboración incremente el interés público por la ciencia y la exploración del universo. Eso sí, aclaran que NASA+ seguirá operando de manera gratuita y sin anuncios desde su aplicación oficial y sitio web.
Este paso ilustra cómo el entretenimiento, la tecnología y la divulgación científica están más entrelazados que nunca. Y aunque los cohetes despeguen desde Cabo Cañaveral, ahora aterrizan directamente en el algoritmo de recomendaciones de Netflix.