Raúl Gudiño, el portero de 1.97 metros que alguna vez fue la gran promesa de las Chivas, ha dado un salto inesperado al viejo continente. El destino no es cualquier plaza: el Rangers FC de Andorra, un equipo con aroma tricolor gracias a su dueño, el ex futbolista Marco Fabián, y su entrenador, el mexicano Jaime Durán. Este movimiento no sólo marca el regreso de Gudiño a Europa, sino que también enciende la imaginación de los aficionados que sueñan con ver a México brillar en las competiciones más prestigiosas.
De Yucatán a los Pirineos
Raúl Gudiño, nacido en Guadalajara el 22 de abril de 1996, ha firmado con el Rangers FC de Andorra, un club que milita en la Primera División del pequeño principado y que tiene grandes ambiciones europeas. Hasta hace poco, Gudiño defendía el arco de los Venados FC Yucatán en la Liga de Expansión MX, donde llegó en enero de 2025 tras un paso irregular por el Necaxa en la Liga MX. Su fichaje por los Venados fue visto como un intento de recuperar ritmo tras años de altibajos, pero su desempeño en Mérida, con 12 partidos y 5 porterías en cero hasta agosto de 2025, llamó la atención de visores internacionales, incluido el proyecto de Marco Fabián en Andorra.
El traspaso, anunciado en redes sociales por el Rangers FC, coloca a Gudiño como una pieza clave en un equipo que busca no solo consolidarse en la liga andorrana, sino también soñar con las rondas preliminares de la UEFA Champions League o la Conference League.
Un pasado europeo que resuena: Porto y la Champions
No es la primera vez que Gudiño cruza el Atlántico. Su historial en Europa es un capítulo que todavía hace suspirar a los aficionados. En 2014, con apenas 18 años, Chivas lo cedió al FC Porto de Portugal en un préstamo de 10 meses que luego se convirtió en una transferencia permanente por 1.5 millones de euros. En el Porto B, Gudiño mostró destellos de su potencial, destacando en la Segunda Liga portuguesa con atajadas clave, como cuando detuvo un penalti ante Feirense en febrero de 2015, asegurando una victoria 1-0 para los Dragones.
El momento cumbre de su aventura europea llegó en 2017, cuando, durante un préstamo al APOEL de Chipre, Gudiño hizo historia al convertirse en el primer portero mexicano en jugar un partido de la UEFA Champions League. Fue el 17 de octubre de 2017, en un duelo contra el Borussia Dortmund, donde entró como suplente tras la lesión de Boy Waterman. Aunque el resultado no fue favorable, su presencia en el campo marcó un hito para el fútbol mexicano.
Tras sus pasos por União da Madeira (2016) y APOEL, Gudiño regresó a México en 2018 para defender el arco de Chivas, donde acumuló 85 partidos y 21 porterías en cero en cuatro temporadas. Sin embargo, nunca logró consolidarse como el guardián indiscutible, enfrentándose a críticas por errores puntuales y a la sombra de arqueros como Luis Michel y Rodolfo Cota. Su paso por Atlanta United en la MLS (2022) y Necaxa (2023-2024) tampoco cumplió las expectativas, lo que lo llevó a los Venados antes de esta nueva oportunidad en Andorra.
Rangers de Andorra: El sueño mexicano de Marco Fabián
El Rangers FC de Andorra no es un club cualquiera; es el lienzo donde Marco Fabián, ex estrella de Chivas y medallista olímpico en Londres 2012, está pintando su visión futbolística. Fabián adquirió el club en 2023 y logró ascenderlo a la Primera División de Andorra en mayo de 2024 tras vencer al Carroi en un playoff cardiaco. Como presidente y socio mayoritario, Fabián ha convertido al Rangers en un refugio para el talento mexicano, con 12 jugadores aztecas en su plantilla, incluidos nombres como Armando León (ex-Pachuca), André Alcaraz (ex-Chivas) y Alan Arreola (ex-América).
El equipo, dirigido por Jaime Durán, un entrenador mexicano con experiencia en las fuerzas básicas del Atlas, terminó quinto en la liga andorrana con 48 puntos. Durán, conocido por su estilo pragmático y su habilidad para maximizar el potencial de jugadores jóvenes, ve en Gudiño un pilar para fortalecer la portería y apuntalar el sueño de clasificar a competiciones europeas.
El objetivo del Rangers es ambicioso: ganar el título de la liga andorrana para acceder a la primera ronda preliminar de la UEFA Champions League, un sueño que, aunque lejano, es posible gracias al nuevo formato de 36 equipos de la UEFA. Con Gudiño en el arco, el equipo espera tener la solidez necesaria para competir en un torneo que, aunque pequeño, es ferozmente competitivo, con un fútbol rápido y técnico.
Un portero con cuentas pendientes
A sus 29 años, Gudiño no es el joven prodigio que deslumbró en las inferiores de Chivas, pero tampoco es un proyecto terminado. Con 1.97 metros de estatura, sus reflejos, juego aéreo y capacidad para atajar penales lo convierten en un portero con potencial para destacar en un contexto como Andorra, donde la presión mediática es menor, pero las oportunidades de brillar son enormes. Su experiencia en la Champions League, aunque breve, le da un aura de veteranía que el Rangers necesita para sus aspiraciones europeas.
Sin embargo, no todo es color de rosa. En México, Gudiño ha sido criticado por su falta de consistencia, con errores que costaron goles en partidos con Chivas y Necaxa. En redes sociales, algunos aficionados lo han tildado de “tronco” tras su paso por Venados, aunque otros defienden su talento y culpan a la falta de continuidad. En Andorra, tendrá la chance de callar bocas y demostrar que su aventura en el Porto no fue un espejismo.
¿Qué sigue para Gudiño y el Rangers?
Con la temporada 2025-26 a punto de iniciar, el Rangers cayó en la semifinal de la Copa de Andorra. Gudiño, quien se integrará de inmediato al equipo, debutará pronto en un arco que busca ser impenetrable.
Un arco con sangre tricolor
Raúl Gudiño está de vuelta en Europa, y esta vez no es un préstamo ni un experimento. En el Rangers de Andorra, bajo la batuta de Marco Fabián y Jaime Durán, el portero mexicano tiene la oportunidad de redimirse y llevar la bandera de México a lo más alto. Desde su histórica aparición en la Champions League hasta este nuevo reto en los Pirineos, Gudiño es la prueba de que las segundas oportunidades pueden ser tan grandes como los sueños.
