Empatía
Decenas de enfermos renales se manifestaron ayer en los cruces de la 45 Norte con el canal interceptor, exigiendo lo que llevan meses solicitando: que las autoridades reconsideren el uso de unidades móviles de hemodiálisis, las cuales no cuentan con los insumos necesarios, no cubrirán la demanda, encarecerán los traslados y, para colmo, fueron adjudicadas a una empresa sin experiencia en temas de salud.
Alrededor del mediodía, los manifestantes cerraron los cruces y, en cuestión de minutos, un policía se acercó a dialogar, mientras los automovilistas, con la poca empatía que los caracteriza, comenzaron a aventar los vehículos contra las personas. Minutos después llegó un segundo oficial, quien reportó la situación y advirtió que, si no se disolvían, serían detenidos por violar el derecho de vía. La amenaza provocó más descontento: los enfermos declararon que no encuentran otra forma pacífica y legal de presionar a las autoridades para que muestren un mínimo de empatía y responsabilidad ante la enfermedad que padecen. Recordaron que el tema incluso ha llegado a la mandataria Claudia Sheinbaum, sin que se registre un cambio sustancial.
Algunos criticaron directamente al IMSS, señalando que su director carece de experiencia clínica y que, aunque el problema se origina en la federación, las autoridades locales también son corresponsables. Lo paradójico es que, mientras los pacientes piden atención, el gobierno estatal presume como logro la creación del Instituto de Enfermos Renales.
Los datos
Cada año, en Aguascalientes se diagnostican alrededor de 500 pacientes con enfermedad renal en etapas avanzadas. La oferta de máquinas de hemodiálisis es insuficiente y no alcanza para cubrir la demanda. A ello se suma el desabasto de medicamentos, la falta de insumos y el reducido personal médico. Aunque el problema lleva años, en los últimos meses ha cobrado mayor visibilidad por las malas decisiones en la gestión del sector salud.
Crónica de lo sucedido
En redes sociales, Isayda Guido, presidenta del Comité de Pacientes Renales, narró la protesta y el trato de los policías. Llamó a la reflexión, pues las personas enfermas se sintieron agredidas tanto por los agentes como por ciudadanos que les aventaron los autos en “la tierra de la gente buena”. Aun así, dijo, no guardan rencor: solo piden atención y que la sociedad entienda la gravedad de su situación.
La respuesta del IMSS Aguascalientes fue un comunicado de seis párrafos en medios digitales. Nada de mesas de diálogo, nada de escuchar cara a cara a los pacientes. En el texto aseguraron que se brindará atención directa, que habrá un consultorio de nefrología en Ciudad Satélite Morelos, que los procesos cumplen con las Normas Oficiales Mexicanas y la COFEPRIS, y que el delegado se ha reunido en dos ocasiones con familiares. Promesas de escritorio, mientras la protesta en las calles evidencia la falta de empatía institucional.
No’ más los recuerdos quedan
En otra rueda de prensa, en las oficinas del PRI, aún en litigio legal y que algunos dicen ni siquiera pagan renta, los tricolores sacaron a relucir los viejos tiempos de gloria. La ocasión fue la toma de protesta de la mesa directiva del ONMPRI, donde Kendor Macías presumió que los asistentes llegaron por voluntad propia, sin acarreos ni dádivas. Con las finanzas en ruinas, quizá por primera vez dijo una verdad.
El dirigente destacó la presencia de “militantes de renombre”, insistiendo en que “los malos” se fueron y que los que quedan son los “chidos”. La realidad es otra: los de antaño ya cumplieron su ciclo político y los jóvenes priístas andan dispersos. Ni hablar de la CNOP, que hoy es solo un recuerdo. El PRI vive de nostalgia, sin fuerza para construir futuro.
Indecisos
Los tricolores son como el clima en Aguascalientes: soleado por la mañana, lluvioso en la tarde y frío en la noche. En su confusión política han pasado de sufrir “dismorfia electoral” a mostrar síntomas de un trastorno de personalidad política. Primero dijeron que no más con el PAN porque no cumplía acuerdos; luego amagaron con ir solos con Kendor Macías como candidato; y ahora aseguran que harán lo necesario para aliarse con los azules y vencer a Morena.
El problema es que también juran tener todo listo para competir sin coalición. Así, el PRI parece más atrapado en el cantinfleo que en la estrategia. Y cuidado con el PRD, que también amenaza con ir solo porque, según dicen, les iría mejor. Si no se cuidan, terminarán contagiados del mismo trastorno político de sus socios tricolores.




