En el fútbol, hay nombres que resuenan como ecos de una era dorada, y luego están los que, como Fernando Gago, se niegan a ser solo un recuerdo. Este argentino, nacido en Ciudadela el 10 de abril de 1986, ha tejido una carrera que combina elegancia en el césped con una mente táctica que hoy brilla desde el banquillo. Desde sus días como mediocampista cerebral hasta su evolución como entrenador, Gago es mucho más que un exjugador de Boca Juniors o Real Madrid. Es un estratega, un sobreviviente y un hombre que no teme reinventarse.
De Ciudadela a la élite
Fernando Rubén Gago creció en los potreros de Ciudadela, Buenos Aires, donde el fútbol es religión y el talento, un boleto para soñar. Desde joven, su visión de juego y capacidad para leer el partido lo marcaron como un predestinado. Formado en las inferiores de Boca Juniors, debutó en 2004 y pronto se convirtió en el eje del mediocampo xeneize. Con un estilo que evocaba a Redondo, Gago combinaba garra argentina con una técnica depurada, algo que lo llevó a ser comparado con los grandes “5” del fútbol mundial.
En Boca, Gago conquistó cinco títulos, incluyendo dos Copas Sudamericanas y una Copa Libertadores (2007). Su capacidad para recuperar balones y distribuir con precisión lo puso en la órbita de los gigantes europeos. En 2006, con solo 20 años, el Real Madrid pagó 20 millones de euros por él, un traspaso que lo convirtió en una de las joyas argentinas de la época.
El sueño europeo
Llegar al Real Madrid no es fácil, y mantenerse, menos. Gago aterrizó en el Santiago Bernabéu en 2007, en medio de una tormenta de expectativas. Allí, bajo la batuta de entrenadores como Capello y Schuster, mostró destellos de su calidad, pero las lesiones se convirtieron en su némesis. En cuatro temporadas, disputó 105 partidos de LaLiga, marcó un gol y dio 11 asistencias, números modestos para un club donde la exigencia es inhumana. Ganó dos Ligas (2007, 2008) y una Supercopa de España, pero nunca logró consolidarse como titular indiscutido.
Tras un paso por la Roma (2011-12, con 30 partidos y un gol en Serie A) y un breve paso en el Valencia, Gago regresó a Argentina en 2013 para reencontrarse con su fútbol en Boca Juniors. Sin embargo, las lesiones, especialmente una rotura de tendón de Aquiles en 2015, marcaron su carrera. A pesar de ello, su resiliencia lo llevó a seguir jugando hasta 2020, cuando se retiró en Vélez Sarsfield, dejando un legado de 394 partidos, 11 goles y 35 asistencias en su carrera como jugador.
Del césped al banquillo
El fútbol no solo se juega con los pies, sino con la cabeza, y Gago lo entendió mejor que nadie. Tras colgar los botines en noviembre de 2020, se lanzó al desafío de ser entrenador, un rol donde su inteligencia táctica ha brillado. Con una Licencia Pro Entrenador – CONMEBOL, Gago ha demostrado que su visión de juego trasciende la cancha.
Gago comenzó su carrera como técnico en Aldosivi, un club modesto de la Liga Profesional argentina. Entre enero y septiembre de 2021, dirigió 26 partidos, con un promedio de 0.92 puntos por encuentro. Aunque los resultados no fueron espectaculares, su propuesta de fútbol ofensivo, basada en el 4-3-3, empezó a llamar la atención.
Racing Club (2021-2023): La consagración
En octubre de 2021, Gago asumió el mando de Racing Club, donde encontró su lugar. Durante dos años, transformó al equipo en una máquina de fútbol vistoso, ganando el Trofeo de Campeones 2022 y la Supercopa Internacional 2023. En 109 partidos, logró un promedio de 1.72 puntos, con un estilo que combinaba posesión y verticalidad. Su éxito en Avellaneda lo convirtió en un nombre codiciado.
Chivas de Guadalajara (2024): La aventura mexicana
En enero de 2024, Gago cruzó fronteras para dirigir a Chivas en la Liga MX. Su llegada generó expectativas, pero también tensiones. En 38 partidos, promedió 1.58 puntos, llevando al equipo a Semifinales del Clausura 2024. Sin embargo, su salida en octubre de 2024 fue polémica, rumores de descontento en el vestuario y una supuesta falta de transparencia sobre su contacto con Boca Juniors empañaron su despedida. A pesar de ello, Gago dejó una marca con su fútbol ofensivo, aunque no logró los resultados esperados.
Boca Juniors (2024-2025): El regreso a casa
El 14 de octubre de 2024, Gago volvió a Boca Juniors, esta vez como entrenador. Su llegada fue un guiño al destino; el club donde brilló como jugador lo recibió en un momento crítico. En 30 partidos, hasta abril de 2025, logró un promedio de 1.87 puntos, destacando por su capacidad para gestionar un plantel lleno de presión. Sin embargo, el Superclásico contra River Plate fue un punto de inflexión, con rumores de que su futuro en el club dependía de ese partido.
Necaxa (2025): El presente
Desde el 1 de julio de 2025, Gago dirige al Necaxa en la Liga MX Apertura, con un contrato hasta junio de 2026. En sus primeros seis partidos, ha logrado 1 victoria, 2 empates y 3 derrotas, con un promedio de 1.1 puntos por partido. Su formación predilecta, el 4-1-4-1 ofensivo, sigue siendo su sello, aunque enfrenta el desafío de adaptar su filosofía a un equipo con menos recursos. Destacan partidos como la victoria 3-1 ante Atlanta en la Leagues Cup y un empate 1-1 contra el poderoso América.
El estilo Gago: Más allá de los números
Lo que hace único a Gago no son solo los títulos o las estadísticas, sino su capacidad para leer el juego. Como jugador, era el cerebro que conectaba defensa y ataque; como entrenador, es un obsesionado con la posesión y la presión alta. Su ahora 4-1-4-1 no es solo una formación, es una declaración de intenciones: controlar el balón, asfixiar al rival y buscar el arco con paciencia quirúrgica.
Sin embargo, no todo es color de rosa. Las críticas por su salida de Chivas y la presión en Boca revelan un talón de Aquiles: la gestión de vestuarios bajo presión. En Necaxa, tiene la oportunidad de demostrar que puede liderar sin el peso de los focos más intensos.
¿Qué sigue para Gago?
A sus 39 años, Fernando Gago está lejos de ser un proyecto terminado. Su carrera como entrenador apenas comienza, pero su trayectoria ya muestra una curva ascendente. En Necaxa, enfrenta el reto de llevar a un equipo de media tabla a pelear por algo más grande. Si logra implantar su filosofía y sumar resultados, no sería sorpresa verlo en el radar de clubes europeos o incluso de la selección argentina en el futuro.
Gago no es solo un ex jugador que se recicló en entrenador; es un estudiante del fútbol, un tipo que vive para descifrar el juego. Su historia es la de un hombre que, contra lesiones, críticas y expectativas, siempre encuentra la manera de seguir adelante. Como decía el gran Ángel Cappa: “el fútbol es una excusa para ser feliz”. Y Gago, con su elegancia y su pasión, parece haberlo entendido mejor que nadie.




