Oswaldo Sánchez Márquez, uno de los arqueros más emblemáticos en la historia del fútbol mexicano, se despidió del profesionalismo en 2014 tras una carrera de 21 años marcada por grandes actuaciones, títulos y un legado imborrable en la portería tricolor.
Nacido en Guadalajara, Jalisco, el 21 de septiembre de 1973, Oswaldo debutó en Primera División con el Atlas en 1993. Desde sus inicios, destacó por su seguridad bajo los tres palos y por su carácter, que lo llevaría a convertirse en líder dentro y fuera del campo. En 1996, fue transferido al Club América, donde continuó su ascenso como portero de élite, antes de firmar en 1999 con las Chivas del Guadalajara, el club con el que viviría una etapa dorada.
Con el Rebaño Sagrado, Sánchez alcanzó la capitanía, el cariño de la afición y, finalmente, el campeonato del Apertura 2006. Fue precisamente su liderazgo y nivel de juego lo que lo catapultó como referente nacional. En 2007, llegó al Santos Laguna, equipo con el que conquistó dos títulos de liga (Clausura 2008 y Clausura 2012) y una Copa MX en 2014, cerrando su carrera con broche de oro.
A lo largo de su trayectoria en clubes, disputó más de 700 partidos oficiales en Liga MX, siendo reconocido múltiples veces con premios al mejor portero del torneo. Detuvo 25 penales en Primera División, cifra que lo colocó como uno de los máximos especialistas en ese rubro.
Con la Selección Mexicana, Oswaldo participó en tres Copas del Mundo (1998, 2002 y 2006), siendo titular en Alemania 2006. Además, obtuvo dos títulos de Copa Oro (1996 y 2003) y fue subcampeón en la Copa América 2001. En 2005, firmó una de sus actuaciones más memorables durante la Copa Confederaciones en Alemania, siendo elegido el mejor portero del torneo, superando a figuras como Oliver Kahn y Dida.
Su retiro oficial llegó el 19 de diciembre de 2014. Ya sin guantes, Oswaldo dio el salto a la televisión como analista y comentarista, manteniéndose cercano al deporte que lo vio brillar. En 2020, fue incluido en el Salón de la Fama del Fútbol Internacional, un reconocimiento a su legado como uno de los grandes arqueros que ha dado México.
Conocido por su carácter apasionado, sus atajadas milagrosas y su liderazgo nato, Oswaldo Sánchez se ganó el respeto de compañeros, rivales y aficionados. Su historia es la de un guerrero del área chica que jamás se rindió, y cuyo nombre permanece como sinónimo de seguridad, valentía y entrega.




