En Querétaro, empresas como Microsoft, Google y Amazon han elegido este destino para invertir en centros de datos con la promesa de crecimiento económico y la creación de empleos para la innovación digital. Esto, a costa de la monopolización del agua, desplazamientos de comunidades y falta de acceso a agua potable. Te contamos todo sobre el paraíso tecnológico en Querétaro y sus consecuencias.
La llegada de los centros de datos en México: ¿qué representa?
En 2019, el ex presidente Andrés Manuel López Obrador presentó una ambiciosa iniciativa: posicionar a México como líder en infraestructura digital y computación en la nube. Tan solo 1 año después, Microsoft anunció que realizaría una inversión de 1,100 millones de dólares para establecer la primera región de nube en México con sede en Querétaro como parte de un plan de inversión para impulsar la transformación digital del país. Y no paró ahí.
México se unió a las más de 60 regiones de Microsoft Cloud, distribuidas por todo el mundo, para convertirse en la primera región de centros de datos de Microsoft en Latinoamérica, anunciando en 2024, que invertirán en 3 nuevos centros de datos enfocados en inteligencia artificial (IA), con una inversión total de 1,300 millones de dólares y un consumo energético previsto de 49.5 MW cada uno. No es casualidad que hayan elegido a Querétaro como sede, pues su posición es bastante estratégica: se encuentra en el centro del país, está entre la Ciudad de México y Monterrey, facilitando conexiones logísticas tanto terrestres como aéreas y además, presenta estabilidad ante desastres naturales, ya que no es propenso a estos.
Según el informe de Dividendos de la Nube de Microsoft de IDC México, durante los próximos 4 años, los socios y clientes de Microsoft que utilizan la nube, generarán a nivel global aproximadamente $70.7 mil millones en nuevos ingresos, superiores al nivel de 2024. Según sus propias palabras, esto impulsará la inversión en las economías locales y creará más de 300,000 empleos en diferentes industrias en México. Pero los estudios revelan otros datos.
La otra cara de los centros de datos: responsables de las sequías, consumo masivo de agua y la falta de acceso a agua potable
El gobierno de México ha presumido esta noticia como un avance y paraíso tecnológico, pero la realidad de las comunidades que viven en las localidades donde se presentan estos centros de datos, no cuentan la historia con ese mismo entusiasmo.
Según investigaciones, informes y testimonios de la población queretana, se estima que el estado actualmente concentra el 50% de la energía considerada para centros de datos en México, provocando la privatización del agua, la manipulación de tierras indígenas, las peores sequías que Querétaro ha vivido y dejando al 14.8% de su población sin acceso constante a agua potable.
Además, estos mismos estudios revelan una “reorganización de estrategias” en donde han surgido despidos masivos, eliminación de directivos en Microsoft y a tan solo 2 años de la construcción del primer centro de datos, se estima que solo 17 personas trabajan en los centros operativos, representando una pérdida económica del 83% frente a las expectativas.
A pesar de ello, los centros de datos de Microsoft, Ascenty1 y Ascenty2 continúan operando sin alguna repercusión, limitantes o sin ser cuestionadas por el mismo sistema político que también debe responder a la población mexicana, pero que finge no tener las respuestas o soluciones para ella.
Estos centros de datos dependen de sistemas de refrigeración por aire que utilizan gran cantidad de agua para regular las temperaturas de los servidores. No existe una forma en la que solo puedan utilizar una pequeña cantidad de agua sin que haya repercusiones en las comunidades a su alrededor, porque el agua que utilizan proviene del acuífero del Valle de San Juan del Río. Tan solo para Ascenty1, Microsoft registró en 2023 una concesión de 25 millones de litros por año, lo cual equivale al 24% del agua municipal destinada a uso público y urbano en todo Querétaro.
La privatización del agua, las promesas vacías y negligencia política
En 2022, el gobernador de Querétaro, Mauricio Kuri, aprobó una ley que privatiza toda el agua del estado, permitiendo que empresas privadas se beneficien de un recurso cada vez más escaso. Con ello, trajo una ola de manifestaciones y protestas en contra de estas iniciativas, hasta una intervención pública ante la Suprema Corte de Justicia. Pero nada de esto ha sido suficiente.
Tanto las autoridades locales, como empresas y organismos como la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), han decidido mantener un perfil bajo al momento de presentar propuestas, acciones y soluciones ante el uso desmedido y reparto inequitativo del agua. Ellos mismos, indiferentes ante el tema, afirman que los centros de datos “no contaminan” y que no son una industria, por lo que están exentos de impuestos ambientales.
Pese al crecimiento acelerado de los centros de datos en Querétaro, la información sobre su consumo de agua sigue siendo muy limitada, y mucho de esto se debe a la falta de compromiso por parte del gobierno. La justicia ambiental, el compromiso con la población y la transparencia continúan siendo deudas pendientes del gobierno y de las empresas involucradas.




