Mary Richardson‑Klicka, también conocida como María Klicka, revolucionó el concepto de las comidas, dietas, menús nutritivos y seguros específicamente dirigidos para soldados y astronautas. Sus aportes permitieron el avance tecnológico de la industria alimentaria comercial y un fuerte impacto en el diseño de raciones y empaquetado para contextos militares y espaciales.
¿Quién fue María Klicka?
Antes de convertirse en el ícono global que es, era una sencilla hija de un ingeniero civil y una mujer estadounidense. Estudió en la Universidad de Washington, donde se graduó como dietista y posteriormente realizó prácticas en el Hospital Michael Reese de Chicago, logrando obtener una maestría en Administración de Empresas. Se situó en Chicago y pasó por otro hospital de la Universidad de Illinois y llegó hasta Western Electric Co.
Para 1951, Klicka comenzó a trabajar para el Laboratorio Natick del Ejército de Estados Unidos, en Massachusetts. Y 6 años después pasó a ser responsable de la planificación y diseño de raciones operacionales, de supervivencia y especiales para este organismo militar.
Su influencia en la industria alimentaria
Sus aportes al programa de investigación y desarrollo de alimentos de las Fuerzas Armadas fueron claves para el desarrollo de las comidas listas para comer (MRE, como sus iniciales en inglés, Meals Ready To Eat).
Básicamente se trataba de ofrecer raciones de alimentos listos para consumir, capaces de resistir el calor y sin necesidad de refrigeración, lo cual facilitaba el acceso de los soldados a productos nutritivos y duraderos en condiciones extremas. A partir de esta iniciativa, lideró el desarrollo de menús espaciales para los proyectos de misiones lunares como Mercury (1961-1963), Gemini (1965-1966) y Apolo (1967-1972), en colaboración con la NASA y la Fuerza Aérea Estadounidense. Estas misiones culminaron la llegada del hombre a la Luna.
La dietista desarrolló soluciones innovadoras para la preservación, preparación y consumo de alimentos en este tipo de contextos, bajo circunstancias excepcionales. Y gracias a dichas investigaciones sobre la alimentación militar de soldados en combate y astronautas, su impacto llegó hasta la industria alimentaria comercial. Su trabajo permitió el diseño de productos congelados, precocinados y la creación de empaques flexibles utilizados inicialmente en los 60s, década donde se intensificaron los viajes espaciales.
Reconocimiento a nivel global
A partir de su trabajo, gran parte de sus investigaciones fueron publicadas en revistas científicas como Aerospace Medicine, Military Medicine y Journal of Food Science.
Obtuvo múltiples reconocimientos, por ejemplo al ser nombrada como “Mujer del Año” por la Federación de Clubes de Mujeres Empresarias y Profesionales de Massachusetts y al recibir el Premio al Servicio Civil Distinguido del Departamento de Defensa Estadounidense. Fue la única mujer destacada en esa ceremonia, en donde fue distinguida por su creatividad y aguda percepción en relación con las necesidades nutricionales de soldados en combate y astronautas.
Además, formó parte de diversas organizaciones, como la Asociación de Nutrición y Dietética Estadounidense, el Consejo Nacional sobre Envejecimiento y el Instituto de Tecnólogos de Alimentos.




