El panorama de las citas en China acaba de dar un giro inesperado: las parejas están cambiando las cenas elegantes por las entregas de comida a domicilio a medianoche. ¿Qué tan viable es esta nueva propuesta?
Según el medio de comunicación chino, Radii, propone esta idea de cita como una innovadora forma de relacionarnos románticamente. En lugar de gastar en un restaurante caro o pasear por un parque lleno, basta con subirse a la moto, aceptar pedidos en una app y recorrer junto a tu ser amado las calles de la ciudad mientras ganas un poco de dinero de por medio. Esta iniciativa promete curar tu depresión de rutina post-trabajo y ayudarte a lidiar con el peso que toma pagar una renta. Una actividad que mezcla las obligaciones de un trabajo con el tiempo de calidad compartido.
Bajo este contexto, esta propuesta parece atractiva. Elegir una rutina de trabajo, cambiar el formato de una cita romántica a algo más dinámico, hacer una actividad recreativa con tu pareja sentimental que te va a generar ingreso de por medio, claro, por qué no. Pero eso es algo que solo podría suceder en un país del primer mundo, en donde el estilo de vida, la economía, la tecnología y la seguridad prometen un alto nivel de vida.
En México, trabajar en servicios de delivery se ha convertido en una opción viable que te puede generar muchos beneficios, pero que implica enfrentar desafíos que no son tan agradables. Jornadas extensas, condiciones laborales precarias, falta de seguro social, problemas de tráfico, clima, estar expuestos a riesgos de seguridad, especialmente si te encuentras trabajando en áreas peligrosas u horarios nocturnos.
No es que sea imposible contemplar esta posibilidad. De hecho, algunas personas acompañan a su pareja durante su jornada laboral al entregar comida a domicilio. Pero en la mayoría de los casos no se trata de una cita en el sentido romántico, sino de una necesidad que les ayuda a salir adelante en condiciones precarias.
En tiempos de incertidumbre, de crisis económica y ansiedad laboral, es válido explorar todas las alternativas para generar ingresos extras, pero es importante no romantizar la precariedad ni disfrazar la necesidad de productividad como una forma de conexión emocional.




