- Itzel alternó su pasión por la pintura con la música orquestal, encontrando en ambas disciplinas un espacio para crecer
- Flores destaca que la gestión cultural es clave para que los creadores no se enfrenten solos al reto de sacar adelante sus proyectos
Desde los tres años, Itzel Flores encontró en el dibujo y la pintura una forma de expresión que la llevó a participar en concursos estatales y nacionales, obteniendo más de 60 reconocimientos a lo largo de su infancia y adolescencia. Su formación comenzó en el Centro Cultural Los Arquitos, donde sus maestros notaron su talento y la impulsaron a presentarse en certámenes. “Fue en ese momento cuando mis papás se dieron cuenta de que tenía futuro en el arte”, recordó.
Entre sus experiencias más significativas se encuentra el concurso “Que viva la Selva Lacandona”, que le permitió viajar a Chiapas y convivir con jóvenes artistas de todo el país. Esa experiencia también la vinculó con el proyecto de las Orquestas Esperanza Azteca, donde inició su camino en la música como soprano y posteriormente como violonchelista.
Con el tiempo, Itzel alternó su pasión por la pintura con la música orquestal, encontrando en ambas disciplinas un espacio para crecer. “El arte siempre me ha ayudado a transmitir mensajes y reflexionar sobre temas fuertes, como la violencia o el maltrato infantil. Creo que nos da una herramienta para llegar a otras personas”, señala.
Actualmente, con 24 años, estudia la licenciatura en Estudios del Arte y Gestión Cultural, carrera que eligió tras observar las carencias de apoyo institucional hacia los proyectos artísticos. “Hay mucho talento, pero también falta de apoyo y de espacios. Como gestora quiero aportar desde adentro, acompañar a los artistas, difundir proyectos y también protegerlos legalmente”, explica.
Flores destaca que la gestión cultural es clave para que los creadores no se enfrenten solos al reto de sacar adelante sus proyectos. También advierte sobre nuevos desafíos, como la protección de derechos de autor frente a fenómenos como el plagio y las inteligencias artificiales.
En paralelo, sigue participando en proyectos orquestales y en iniciativas de difusión cultural con compañeros de su carrera, como la reciente inauguración de una galería colectiva.
Al reflexionar sobre su camino, Itzel envía un mensaje a los jóvenes artistas: “El miedo es la principal barrera. No todo es ganar, pero hay que atreverse a hacer las cosas, preguntar, buscar convocatorias y creer en uno mismo. Como dice mi papá: sea lo que sea a lo que te dediques, siempre da lo mejor de ti”.




