Luis Arturo Hernández Carreón, nacido el 22 de diciembre de 1968 en Poza Rica, Veracruz, es sin duda uno de los delanteros más emblemáticos en la historia del fútbol mexicano. Con su característica melena rubia y un olfato de gol impresionante, “El Matador” construyó una carrera espectacular tanto en clubes como con la selección nacional.
Primeros pasos y ascenso en clubes
Hernández comenzó su carrera profesional con Cruz Azul, donde debutó en 1990. Pronto se ganó la fama de goleador al pasar por equipos como Querétaro y Monterrey, antes de consolidarse en Necaxa entre 1994 y 1998, etapa en la que su puntería y presencia en el ataque se hicieron notar.
Tuvo también un breve paso internacional con Boca Juniors (Argentina) en 1997, y más adelante jugó para clubes como los Tigres UANL, LA Galaxy (Estados Unidos), América, Veracruz, Chiapas, y Lobos BUAP.
Brillo con la selección mexicana
El Matador debutó en el Tricolor el 1 de febrero de 1995, en un partido contra Uruguay, y poco después anotó su primer gol internacional frente a Yugoslavia.
Su año más destacado internacionalmente fue 1997, cuando fue goleador de la Copa América, marcando seis tantos. En el Mundial de Francia 1998, Luis Hernández logró cuatro goles, convirtiéndose en el primer mexicano en superar los dos goles en una sola Copa del Mundo. Participó también en el Mundial de 2002 aunque no pudo seguir sumando en ese torneo.
Al término de su estadía con la selección, había acumulado 85 partidos y marcado 35 goles, colocándose entre los máximos artilleros del Tri.
Lo que lo hizo especial y legado
- Su apelativo “El Matador” es parte de su identidad futbolística, ligada tanto a su capacidad goleadora como a su presencia física y estilo de juego.
- Una de sus marcas distintivas fue su melena rubia, que lo hizo fácilmente reconocible dentro y fuera de la cancha.
- Además de su aporte en partidos oficiales, Hernández se ganó el cariño de los aficionados por su personalidad, carisma y entrega en cada balón.
Después del retiro: voz activa y presencia mediática
Aunque se retiró oficialmente en 2005, su presencia en el mundo del fútbol no se apagó. Luis Hernández se ha vuelto figura recurrente en medios deportivos, como comentarista y analista. También ha incursionado con éxito en redes sociales, donde comparte contenido sobre su carrera, recuerdos de grandes goles, interacciones con fanáticos, etc.
Luis “El Matador” Hernández representa algo más que estadísticas: es un símbolo del poder ofensivo mexicano en los 90s, un delantero que cuando aparecía frente al arco hacía daño, y cuya leyenda sigue viva tanto en los recuerdos de los aficionados como en las nuevas generaciones.




