Analizar y solucionar los grandes problemas de salud pública con perspectiva de género suele salvar vidas.
Y más allá de pruebas médicas y estadísticas precisas, que por años han estado enfocadas en los varones, hay otros problemas que tienen que ver con el uso diario de los servicios de salud.
Por ejemplo, lo costoso o complicado que es la salud preventiva, que usualmente consiste en exámenes y análisis clínicos en los que nos enfrentamos a horarios poco amigables, costos prohibitivos para buena parte de la población y personal que suele ser hostil con las mujeres.
Y es que la violencia ginecológica es real. Por ejemplo, un artículo académico chileno (Posición obligatoria: Experiencias de violencia en la consulta ginecológica en Chile de Stella Salinero Rates /Universidad de Valparaíso, Chile) analiza a fondo dichas agresiones a pacientes mujeres y encontramos un testimonio que conjunta médicos gordofóbicos, misoginia y una especie de ‘shaming’ acerca de la sexualidad e intimidad:
Pasemos a la camilla. El tema con el cuerpo, así como frío, miedo. Me tomó el PAP [Papaniculau], que es un procedimiento molesto. Después pasamos de nuevo al escritorio y me dice: “Bueno, tú estás gorda, así como estás ahora”. Yo, además tenía un tema en la cara, que me habían salido unos granitos por una rosácea, no un acné, pero una mezcla de cosas… “Además tienes eso”, me dice.
Me tomó la presión, ahí con las piernas dobladas me hace sentarme y me toma la presión, y salió súper alta… “Y además, estás hipertensa.
No te voy a dar ningún anticonceptivo, o sea, tú vas a tener que ir al cardiólogo a hacerte un electrocardiograma, un holter de presión y a ver qué pasa”. Entonces, salí asustada, una se estresa […] y pensé ¿cómo no voy a estar nerviosa si acabo de subir a una camilla que ya me genera un frío terrible? (Bárbara, Antofagasta, 25 años).
Con esto en mente, son importantes avances que faciliten la parte menos especializada de la salud femenina, como la toma de muestras para análisis.
Al facilitarlo y reducir las fricciones con trabajadores insensibles o espacios más seguros, más mujeres pueden prevenir problemas más graves.
Justamente eso logra la llamada ‘Teal Wand’, el primer kit casero de recolección de muestras para el examen de cáncer cervical. El comunicado oficial de SELF CERV comunica lo siguiente:
La FDA aprobó Teal Wand, el primer y único dispositivo en EE.UU. que permite la recolección de muestras vaginales en casa para detección de cáncer cervicouterino. Según el estudio SELF-CERV, 94% de las mujeres participantes prefirieron esta opción frente a una visita presencial.
El dispositivo, recetado para mujeres de 25 a 65 años con riesgo promedio, incluye un kit de toma de muestra y un servicio integral de telemedicina. Médicos autorizan el uso, revisan los resultados y acompañan a las usuarias en todo el proceso, sin salir de casa.
Con Teal Wand, las mujeres se realizan la prueba de VPH —virus que causa casi todos los casos de cáncer cervicouterino— utilizando el mismo test de alta precisión (cobas® HPV, Roche) que se emplea en clínicas y que recomiendan las guías médicas internacionales.
Este avance ofrece privacidad, comodidad y mayor oportunidad de detección temprana.
La aprobación de la FDA abre la puerta a que más mujeres accedan al tamizaje en tiempo y forma, incrementando la adherencia y reduciendo barreras al cuidado preventivo de la salud.
Si te interesa el tema
Con anterioridad en tercera vía te hemos hablados de otras innovación en ginecología, pensadas en la comodidad de las mujeres, como el nuevo espéculo par revisiones vaginales.




