Rubén Olivares Ávila, apodado “El Púas”, es una de las figuras más emblemáticas del boxeo en México. Con su pegada demoledora, su carisma popular y récords memorables, Olivares consolidó un legado indeleble tanto dentro como fuera del cuadrilátero.
Maestría en dos divisiones
Olivares se proclamó campeón mundial en peso gallo y peso pluma, organismos como la WBA y la WBC. Fue campeón gallo en 1969-70 y nuevamente 1971-72; y obtuvo títulos pluma en 1974 y 1975.
Con esos logros se ganó el respeto internacional, no sólo por la cantidad de coronas, sino por la calidad de sus combates y su condición de campeón unido en ambas divisiones.
Récords, nocauts y fama popular
- Peleó 105 combates profesionales, de los cuales ganó 89, incluyendo 79 nocauts; perdió 13 y empató 3.
- Sus rachas de 22 y 21 nocauts consecutivos están catalogadas como de las más largas en la historia del boxeo.
- Fue considerado durante muchos años como el mejor boxeador mexicano, en especial antes del auge de Julio César Chávez.
Fuera del ring: cine, cultura e imagen pública
“El Púas” también incursionó en el cine, protagonizando “Las glorias del ‘Púas’” en 1984. Su figura trascendió el boxeo para convertirse en parte de la cultura popular mexicana.
Desde su casa en la colonia Bondojito, ciudad de México, surgió este personaje del pueblo, que se convirtió en ídolo por mérito propio. Muchos aún recuerdan sus combates con fervor, y cada aniversario de sus hazañas revive su nombre entre aficionados.
Caídas, adversidades y el peso de la fama
Aunque su poder en el ring fue enorme, Olivares también vivió momentos difíciles. Algunas derrotas duras lo marcaron, al igual que periodos en los que su disciplina fuera del ring lo puso en situaciones complicadas. Él mismo ha reconocido arrepentimientos, especialmente relacionados con los excesos.
Pese a ello, seguía siendo querido, una figura que la gente identificaba no sólo como boxeador, sino como símbolo – el “boxeador del barrio”, el que salió de abajo, el que no olvidó sus orígenes.
Legado inmortal
- Miembro del Salón Internacional de la Fama del Boxeo (1988-91).
- Fue el primer mexicano en ostentar títulos mundiales en dos divisiones principales.
- Hasta hoy, es recordado como uno de los pesos gallo más feroces de todos los tiempos.
Rubén “El Púas” Olivares fue mucho más que un boxeador letal: fue símbolo nacional, puente entre barrios y rings, historia viva de la mexicanidad. Sus nocauts, sus títulos, su pasión y también sus tropiezos, conforman una narrativa intensa que sigue inspirando. En un deporte donde la gloria a veces se olvida rápido, Olivares permanece firme en la memoria colectiva como uno de los grandes.




