Tras la detención este fin de semana de un grupo de personas relacionadas con la red de huachicol fiscal que opera en México y Estados Unidos, entre ellos un vicealmirante de la Secretaría de Marina, todo parece apuntar a que la presidenta Claudia Sheinbaum llevará el caso hasta sus últimas consecuencias.
El peso de la detención tiene una profunda carga simbólica, pues se trata de un personaje ligado al sexenio anterior (comandante de la 12ª Zona Militar con sede en Puerto Vallarta y sobrino del exsecretario de Marina) y de un cuadro del más alto nivel de una institución que, hasta hoy, había permanecido ajena a temas de corrupción y delincuencia organizada.
La captura de estas personas ocurre luego del histórico decomiso de 10 millones de litros de diésel en marzo de este año, en el puerto de Tampico. Ese hecho abrió la “Caja de Pandora” de una red que involucra a individuos en ambos lados de la frontera, cuyo negocio consiste en importar diésel a nuestro país sin declarar los impuestos obligatorios y revender el combustible para generar ganancias.
Para el gobierno de Claudia Sheinbaum el tema se convirtió en prioridad, pues además del escándalo internacional que supuso el decomiso en Tamaulipas, reveló un enorme boquete financiero derivado de la evasión fiscal. De acuerdo con estimaciones de la consultora PETROIntelligence, el gobierno mexicano habría dejado de recaudar más de 809 mil millones de pesos por huachicol fiscal entre 2018 y 2024. Es decir, dos veces el costo de la refinería Dos Bocas.
Lo cierto es que la detención de catorce personas el sábado, entre ellas el vicealmirante Manuel Roberto Farías, parece confirmar que la presidenta y su secretario de Seguridad llevarán esta guerra hasta donde tope, sin importar que caigan funcionarios de la administración pública del más alto nivel, empresarios o, como en este caso, integrantes de las Fuerzas Armadas.
En términos de gobernabilidad y relaciones institucionales, lo anterior podría complicar las cosas para la titular del Ejecutivo, pues el golpe a la imagen de la Marina es brutal. Y esto, como sabemos, no es algo que los mandos de estas corporaciones dejen pasar por alto. Nadie sabe hasta dónde llega la red ni qué autoridades están involucradas en esta operación que ha desfalcado las finanzas públicas del país.
La presidenta Sheinbaum tiene motivos de sobra para ir contra los responsables y ejercer un castigo ejemplar. Y es que, además de la presión del exterior, se dice que vendrá una “limpia” al interior de la Marina, dirigida a mandos que mantienen vínculos con grupos criminales y que permitieron llevar a cabo operaciones de huachicol fiscal y trasiego de drogas como el fentanilo. Veremos hasta dónde llega esta historia.




