Sobre aviso no hay engaño
Vecinos del fraccionamiento Jardines de Montebello han mostrado su descontento contra el servicio otorgado por MIAA, pues aseguran que llevan dos meses sin agua y que nadie les da respuestas ni soluciones. Ante esta situación, algunos ya se organizan para manifestarse en tercer anillo, cerrando la circulación si no obtienen una respuesta pronta. No sería la primera vez que ciudadanos inconformes con el servicio de agua recurren a este tipo de protestas, las cuales la oposición local aprovecha muy bien para sacar su tajadita política y reflectores. Así que, sobre aviso, no hay engaño.
Perfectible
Mientras las quejas contra MIAA aumentan, el alcalde Leonardo Montañez reconoció que tanto el servicio como el propio organismo son perfectibles. Actualmente se están descobijando presupuestalmente otras áreas de la administración municipal para destinar recursos a mejorar el abasto de agua.
Aunque apenas van dos años de vida de MIAA, el alcalde admite que siguen existiendo amplias áreas de oportunidad. Según dijo, para finales del próximo año el organismo podría consolidarse y brindar un mejor servicio. Electoralmente, lograr esa consolidación sería un pequeño triunfo para los blanquiazules y para una eventual aspiración de Montañez a la gubernatura.
Sin embargo, hay quienes afirman que ese tema lo tiene sin cuidado, pues ha sido tanto el estrés y desgaste de la presidencia municipal, que pensar en “la grande” podría no estar en sus planes. ¿Qué tanta cosa habrá tenido que aguantar o qué temas escabrosos le habrán tocado que ni nos enteramos?
Mañosos
En la presidencia municipal, varios trabajadores adscritos al área de regidores han manifestado en radio pasillo su inconformidad por las cartas de confidencialidad que algunos ediles les hacen firmar.
¿Qué tanta desconfianza tendrán los regidores para imponer ese temor a su propia gente, la más “cercana” a ellos? O mejor dicho, ¿qué tantas mañas estarán ocultando? Tal vez no comprueban los apoyos a fondo perdido, rasuran la nómina, o premian con licencias para bares y restaurantes. Nada que la ciudadanía no conozca, pero que insisten en disimular. Eso sí, al menos háganlo con un poco más de estilo.
Ya cayeron los primeros
El municipio capital aplicó la primera multa por música que reconoce a grupos criminales. El sancionado fue un antro en avenida Luis Donaldo Colosio, cuya apertura ya había sido criticada por sectores de la Iglesia católica. El lugar recibió una sanción de 28 mil pesos por reproducir narcocorridos, según informó el secretario del ayuntamiento Enrique Galo. Recordemos que desde inicios de este año bares, merenderos y antros tienen prohibido difundir música que haga apología del delito. De lo contrario, las sanciones pueden incluso llegar al terreno penal.
Todo tranquilo
Que un funcionario asegure coordinación entre dependencias no es noticia; lo raro sería lo contrario. Lo que cambia es el momento, el interlocutor y el ejemplo con el que intentan calmar las aguas. El secretario de Economía, Ciencia y Tecnología, Esaú Garza de Vega, declaró que “existe la suficiente coordinación entre los distintos funcionarios del gobierno estatal” tras el roce público por el empalme de fechas entre eventos culturales.
La chispa fue aparentemente banal: la directora del Buró de Congresos, Verónica González, se molestó por la coincidencia entre el Festival de la Cerveza (organizado por empresarios locales) y el Oktoberfest. Desde la óptica oficial, hubo coordinación; desde la afectada, no. Y ahí está el punto: la coordinación en papel no siempre es coordinación en la calle.
Más allá de este episodio, conviene recordar que en los últimos meses las autoridades estatales han invocado la coordinación en temas que van desde seguridad hasta eventos masivos y servicios públicos. Pero cuando la coordinación se vuelve un eslogan, corre el riesgo de ser solo un parche político, sin transformarse en soluciones concretas para la gente.
Código Rojo
Durante años, el área de urgencias de los hospitales públicos ha enfrentado una fuerte demanda de pacientes, lo que ha generado tiempos de espera prolongados y una evidente saturación del servicio. En este contexto, resulta fundamental aprovechar al máximo la red de atención médica disponible.
La recomendación es clara: acudir primero a la Unidad Médico Familiar, donde se puede iniciar el proceso de valoración y recibir orientación adecuada. Esto permite que los especialistas en urgencias concentren sus esfuerzos en los casos de código rojo, es decir, aquellos que realmente requieren atención inmediata y prioritaria.
De esta manera, se contribuye a un uso más eficiente de los servicios de salud, se reducen los tiempos de espera y se garantiza que quienes enfrentan situaciones críticas reciban la atención que necesitan con la rapidez que ameritan. Cuidar la ruta de atención es también cuidar nuestra salud y la de los demás.




