12 C
Mexico City
viernes, diciembre 5, 2025

Vimos “La hermanastra fea” y estas son algunas reflexiones que nos dejó sobre las presiones sociales y los extremos a los que llegamos

Te podría interesar

Todxs recordamos la primera vez que vimos Cenicienta.

Ah, el cuento clásico de princesas con final feliz en donde apostábamos por la libertad y justicia para nuestra bella protagonista, mientras que las feas y horribles hermanastras y madrastra se convertían en nuestra peor pesadilla. Pero, ¿qué tal que no estamos recordando bien la historia? The Ugly Stepsister, o La hermanastra fea (2025) dirigida por Emilie Blichfeldt, reimagina el tradicional cuento de Cenicienta, en donde nos invita a incomodarnos y cuestionarnos: ¿Eran realmente las hermanastras las villanas de la historia, o simplemente eran también víctimas de las normas sociales patriarcales?

Sin revelar muchos spoilers, La hermanastra fea gira en torno a Elvira, una adolescente huérfana cuya vida está marcada por la ambición de su madre, la presión social por alcanzar un ideal de belleza y su sueño de casarse con el príncipe, por lo que hará todo lo posible (sí, de verdad todo) para conquistarlo, cumplir con los deseos de su madre y evitar que cualquier otra aspirante le arrebate esa fantasía. La obsesión de Elvira se vuelve todavía más grande cuando conoce a nuestra nueva Cenicienta, Agnes, y se da cuenta que ella cumple con todo lo que aspira a ser: delgada, rubia, bella… ah, y hasta con los pies más pequeños.

 

La importancia de volver a contar y revisitar esta historia con otros ojos abre la conversación ante muchas problemáticas que nos atraviesan como mujeres. La película no pretende juzgar a ninguna de sus mujeres protagonistas por sus acciones, pero sí busca mostrar una realidad extremista donde la presión por cumplir con ciertos ideales de belleza nos terminan obligando a llegar a extremos para alcanzarlos.

Porque, ¿qué tan diferente es inyectarse una vez a la semana una dosis de ozempic para bajar de peso a comerse unas lombrices como lo hace Elvira? ¿Qué tan seguro es someterse a una cirugía estética y asegurarnos que vamos a salir vivas, a diferencia del 80% de muertes causadas por este tipo de prácticas en Medellín, Colombia, o las casi 100 mujeres que murieron en República Dominicana al someterse a estos procedimientos en la última década, o tal como fue el caso reciente de Paloma Nicole, de 14 años, que murió tras complicaciones por una cirugía de implantes mamarios, con el consentimiento de su madre aquí en México?

 

Este tipo de noticias nos recuerdan que, queramos o no, todas somos víctimas de una prisión de belleza y que nuestros esfuerzos por intentar salir de ella viene acompañado de muchos daños físicos, psicológicos y sociales. Y más importante, que no solo es algo que sucede en los cuentos, en las películas de terror, en la ficción. Se trata de nuestras vidas, y las batallas que enfrentamos para aceptar nuestra imagen corporal y alcanzar la aprobación masculina, es bastante real.

¿Por qué hemos llegado a normalizar el hecho de que una adolescente se someta a cirugías y procedimientos estéticos como parte de un proceso natural para alcanzar la delgadez y la belleza hegemónica? ¿En qué momento se volvió más importante cómo nos perciben los demás a cómo nos percibimos nosotras mismas? ¿Por qué tenemos que llegar a un extremo, como transformaciones radicales o mutilaciones de nuestros propios cuerpos, para aceptar que somos sujetos de una violencia estética? Desde personajes ficticios a mujeres reales como tú, como Paloma Nicole y como yo, hemos sido víctimas de esta violencia.

Emilie Blichfeldt, la cineasta noruega, , resaltó en entrevista con THR que todos somos la hermanastra fea:

“Cenicienta solo existe una. Las demás somos la hermanastra fea, luchando por encajar en el zapato.” Y en muchas formas lo somos, pero también es importante recordar que somos mucho más que nuestras luchas, nuestro peso, nuestro color de piel, lo que la sociedad nos exige y lo que nuestras propias cabezas nos intentan hacer creer.

Vía Tercera Vía

RELACIONADOS

Enrique Eduardo Palos — “El guardián fiel de la portería felina”

Trayectoria desde Aguascalientes hasta la élite Enrique Palos nació el 31 de mayo de 1986 en Aguascalientes, Aguascalientes. Como guardameta, desarrolló gran parte de su carrera...

José Manuel Abundis — “La Máquina” que marcó una época en Toluca

Carrera como jugador: goles, títulos y gloria José Manuel Abundis Sandoval nació el 11 de junio de 1973 en Guadalajara, Jalisco. Fue un delantero incisivo, conocido por...

Aldo de Nigris — El ‘9’ regiomontano que dejó huella en Rayados y el fútbol mexicano

Orígenes y primeros pasos Aldo de Nigris — cuyo nombre completo es Jesús Aldo de Nigris Guajardo — nació el 22 de julio de 1983 en...

Santiago San Román: El arquitecto que llevó a Toluca a la gloria

En el vertiginoso mundo del fútbol mexicano, Santiago San Román emerge como una figura transformadora. Nacido el 21 de septiembre de 1991 en la Ciudad de México, este ex centrocampista no...

Pepe del Bosque: El analista que revolucionó el periodismo deportivo

En un mundo donde el periodismo deportivo a menudo se reduce a gritos y escándalos, Pepe del Bosque emerge como una voz fresca y profunda. Nacido en la...

“Tenemos que generar otra idea de mundo, ese es el trabajo del feminismo hoy”: La huella de Rita Segato en la FIL Guadalajara

Mientras Rita Segato se preparaba para una rueda de prensa en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL), esperaba un encuentro más cercano, sin saber que...
- Advertisement -spot_img
- Advertisement -spot_img

Recientes en LJA.MX

Enrique Eduardo Palos — “El guardián fiel de la portería felina”

Trayectoria desde Aguascalientes hasta la élite Enrique Palos nació el 31 de mayo de 1986 en Aguascalientes, Aguascalientes. Como guardameta, desarrolló...
- Advertisement -spot_img

MÁS INFORMACIÓN EN LJA.MX

- Advertisement -spot_img