Juan Pablo Rodríguez Guerrero nació el 7 de agosto de 1979 en Zapopan, Jalisco, en una familia apasionada por el fútbol. Desde pequeño destacó por su inteligencia táctica, su visión de juego y su disciplina. Su talento llamó la atención de los visores del Atlas F.C., club donde ingresó a las fuerzas básicas y comenzó a forjar su camino hacia el profesionalismo.
Su debut en Primera División se produjo el 25 de enero de 1997, con apenas 17 años, en un Atlas que buscaba sangre joven. Desde entonces, Rodríguez mostró características que lo definirían: un mediocampo sólido, recuperación de balón, buen pase y liderazgo natural. Pronto se convirtió en referente de los rojinegros, y fue parte del equipo que alcanzó la final del Verano 1999, quedando subcampeón tras una intensa serie contra Toluca.
Formación de un líder
Durante su primera etapa en Atlas (1997-2003), Rodríguez consolidó su estilo: mediocampista equilibrado, capaz de defender, asistir y anotar en momentos clave. Su capitanía temprana reflejó su madurez dentro de la cancha y su influencia en los jóvenes. Participó en torneos internacionales, incluyendo la Copa Libertadores 2000, donde se enfrentó a equipos históricos de Sudamérica, demostrando que podía rendir al más alto nivel.
Su permanencia en Atlas lo convirtió en un ídolo local, y sus actuaciones despertaron el interés de otros equipos mexicanos que buscaban un mediocampista completo y confiable.
La consolidación y el liderazgo
En 2003, Juan Pablo Rodríguez fue transferido a los Tecos UAG, club donde permaneció hasta 2006. Con Tecos se consolidó como un jugador maduro, líder del mediocampo y pieza clave en la estrategia del equipo. Su capacidad de organización del juego y su presencia física lo hicieron indispensable en el esquema táctico.
Durante su paso por Tecos, Rodríguez alcanzó la final del Clausura 2005, donde, aunque no consiguió el campeonato, dejó una huella por su entrega y carácter. Fue en esta etapa donde perfeccionó su especialidad en tiros de larga distancia y balones parados, habilidades que lo acompañarían durante toda su carrera.
Título fugaz pero significativo
En 2006, Rodríguez fue cedido a las Chivas, reforzando al equipo para la Copa Libertadores y la Liga MX. Su paso por el Rebaño fue breve, pero tuvo un impacto importante. Contribuyó al título del Apertura 2006, donde Chivas logró vencer a Toluca en la final y alzarse con el campeonato, aunque él mismo ha expresado que no se sintió parte del campeonato, pues estuvo seis meses con el equipo.
La etapa dorada
El salto definitivo llegó en 2007, cuando Juan Pablo Rodríguez firmó con Santos Laguna. Con los Guerreros vivió los años más fructíferos de su carrera ganando dos títulos de Liga MX (Clausura 2008 y Clausura 2012) y una Copa MX en 2014.
Durante esta etapa, Rodríguez se convirtió en un referente absoluto del club. Su dominio en tiros penales lo hizo histórico; es el máximo goleador en la historia de la Liga MX en esta categoría, con 67 aciertos de 76 intentos, demostrando frialdad y precisión en momentos de alta presión. Además, acumuló 343 partidos con Santos, convirtiéndose en el jugador con más apariciones en la historia del club y dejando un legado imborrable.
Más allá de los números, su liderazgo y su ética de trabajo inspiraron a generaciones de futbolistas jóvenes que pasaron por el club. Juan Pablo Rodríguez no solo fue capitán dentro de la cancha, sino un ejemplo fuera de ella, ganándose el apodo de “El Chato”, sinónimo de respeto y admiración.
Regreso a Atlas y paso por Morelia
Tras su gloriosa etapa en Santos, Rodríguez regresó a Atlas en 2015, donde participó en 15 partidos y anotó 1 gol. Posteriormente, fue transferido a Monarcas Morelia, donde acumuló 63 partidos y 12 goles, aportando experiencia, liderazgo y estrategia en el mediocampo. En Morelia, su presencia fue clave para guiar a jóvenes promesas y consolidar al equipo en la liga.
Selección Mexicana
A nivel internacional, Juan Pablo Rodríguez debutó con la Selección Mexicana en el año 2000. Formó parte del plantel que ganó la Copa Oro 2003, además de participar en la Copa América 2001 y la Copa Confederaciones 2005, donde México alcanzó el cuarto lugar. En total, Rodríguez sumó 43 partidos con el Tri, siendo un mediocampista confiable, estratégico y con liderazgo silencioso.
Actualidad y nuevos retos
Tras su retiro como jugador, Juan Pablo Rodríguez inició su carrera como asistente técnico, trabajando con equipos de la Liga MX, incluyendo Santos Laguna, América y Monterrey. En 2025, continúa ligado al fútbol profesional como parte del cuerpo técnico de Colo-Colo en Chile, donde aporta su experiencia y liderazgo para formar nuevas generaciones.
Además, mantiene su vínculo con el deporte a nivel social, participando en programas de desarrollo de jóvenes futbolistas y eventos benéficos que buscan fortalecer la cultura futbolística en México.
Legado de “El Chato” Rodríguez
Juan Pablo “El Chato” Rodríguez es un ejemplo de constancia, liderazgo y profesionalismo. Su carrera, que abarcó más de 20 años, lo llevó desde Atlas hasta Santos Laguna, pasando por Tecos, Chivas y Morelia, dejando huella en cada equipo. Con la Selección Mexicana, dejó un legado de compromiso y entrega, mientras que en los tiros penales, se consolidó como un referente histórico.
Hoy, como asistente técnico, continúa transmitiendo su experiencia y pasión por el fútbol, demostrando que su influencia va más allá de los goles y las victorias. Su historia es la de un jugador que nunca dejó de aprender, de competir y de enseñar, consolidándose como uno de los mediocampistas más respetados en la historia del fútbol mexicano.




