De sus primeras campañas a la elite mundial
Desde joven, Canto mostró aptitudes para la marcha atlética. Destacó en eventos juveniles regionales y nacionales, ganando campeonatos en la modalidad de 10 km en categorías menores.
Con el tiempo fue progresando hasta posicionarse entre los mejores del mundo en la prueba de 20 km marcha. En 1983 alcanzó uno de sus hitos más notables: ganó la medalla de oro en la prueba de 20 km marcha en los Campeonatos Mundiales en Helsinki.
En ese mismo año, además, ganó la prueba principal de marcha en los Juegos Panamericanos efectuados en Caracas, confirmando su dominio continental.
La cima olímpica y una marca memorable
El momento más destacado de su carrera llegó en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 1984, donde conquistó la medalla de oro en los 20 km marcha representando a México. Logró completar la prueba con tiempo de 1 h 23 m 13 s, con ventaja sobre su compatriota Raúl González, quien obtuvo la plata.
Ese triunfo lo puso en un contexto de elite internacional y le dio a México una medalla esencial en atletismo.
Trayectoria después del oro
Tras su éxito olímpico, Canto siguió compitiendo, aunque con menos protagonismo. Participó en ediciones posteriores de los Juegos Olímpicos: en Seúl 1988 fue descalificado durante la marcha de 20 km, y en Barcelona 1992 terminó en el puesto 29 en su prueba favorita.
También obtuvo medallas en competencias regionales, copas de marcha y campeonatos mundiales de playa / pista. Por ejemplo, ganó bronce en pista cubierta en los Campeonatos Mundiales Indoor en 1987 en la prueba de 5 000 m marcha.
Más allá del atleta: su labor institucional y su muerte
Canto no solo brilló como deportista, también ocupó cargos en el ámbito deportivo y administrativo: fue directivo en instituciones deportivas, participó en iniciativas de salud, deporte y promoción, y fungió dentro de asociaciones de marchistas.
Lamentablemente, Ernesto Canto falleció el 20 de noviembre de 2020 a los 61 años, víctima de cáncer de páncreas y de hígado.




