En el corazón palpitante de la Ciudad de México, donde el fútbol es un himno que une barrios y sueños, Juan Francisco “Paco” Palencia Hernández nació el 28 de abril de 1973 para convertirse en un ícono inmortal. Hijo único de Juan, un mecánico que pateaba balones en ligas amateurs, y Graciela, una madre resiliente, Palencia creció entre el rugir de talleres automotrices y los ecos de partidos improvisados en lotes baldíos de la colonia Narvarte. Esta es la épica de un delantero que marcó 146 goles y dejó un legado imborrable en Cruz Azul, Chivas, Pumas y el alma del fútbol mexicano.
De Narvarte al umbral de la gloria
En la Ciudad de México de los 80, Francisco Palencia creció inmerso en un entorno obrero donde el fútbol era refugio y pasión. Su padre, Juan, jugaba como mediocampista en ligas locales y le enseñó los rudimentos del balón en los callejones. A los 11, se unió al Club Deportivo Narvarte, destacando como centrodelantero en torneos escolares. En 1986, a los 13, un visor de Cruz Azul lo reclutó para sus fuerzas básicas tras verlo anotar un hat-trick en un torneo interbarrial. En las categorías Sub-15 y Sub-17, Palencia era un torbellino; rápido, técnico y con un remate que hacía temblar las redes: “En juveniles, me decían ‘Gatillero’ porque no perdonaba frente al arco”, recordó. Su debut en la Tercera División con el filial celeste, en 1992, marcó el inicio de un ascenso vertiginoso, aunque tuvo que superar el escepticismo por su físico delgado.
Un legado en tres gigantes y más allá
El 23 de diciembre de 1994, Francisco Palencia irrumpió en la Primera División con Cruz Azul ante Correcaminos (3-2), marcando un gol de cabeza a los 67 minutos que desató la locura en el Estadio Azul. En su primera temporada (1995-1996), anotó 11 goles en 34 partidos, ganando el premio al Novato del Año de la Liga MX. Entre 1994 y 2001, disputó 224 partidos ligueros, marcó 83 goles y levantó la Liga MX Invierno 1997 (3-2 global vs León), donde anotó en la final de ida. También conquistó dos Ligas de Campeones de la Concacaf (1996 vs Necaxa y 1997 vs LA Galaxy, con un hat-trick en este último) y jugó dos Copas Mundiales de Clubes (1997, 2000). Su rol estelar llegó en la Copa Libertadores 2001 con 9 goles en 12 juegos y llevó a Cruz Azul a la final, perdida ante Boca Juniors (3-1 global).
En 2001, Palencia dio el salto a Europa con el RCD Espanyol en LaLiga. Titular en 35 partidos, marcó 6 goles y dio 3 asistencias, enfrentando a cracks como Zidane y Ronaldinho: “España fue otro nivel; aprendí a ser más táctico, más frío”, reflexionó.
Regresó a Cruz Azul en 2002-2003 (28 juegos, 8 goles), pero conflictos internos lo llevaron a Chivas de Guadalajara en el Apertura 2003. En el Rebaño, jugó 73 partidos, anotó 13 goles y fue clave en el subcampeonato del Clausura 2004, perdido en penales ante Pumas.
En 2005, la aventura continuó en la MLS con Chivas USA (2005-2007). Como capitán y el jugador mejor pagado (1.36 millones de dólares anuales), marcó 18 goles en 62 juegos y ganó la U.S. Open Cup 2006.
Su última etapa fue con Pumas UNAM (2007-2011), donde disputó 114 partidos, marcó 36 goles y alzó la Liga MX Clausura 2009 (2-1 vs Pachuca) y la Copa MX 2011: “Pumas fue mi casa final; cerrar con títulos fue un regalo”, expresó en su retiro. Total: 510 partidos profesionales, 146 goles, 9 títulos.
El héroe del Tri en Confederaciones
Con la selección mexicana, Palencia fue un pilar en 80 partidos (1996-2006), marcando 12 goles. Debutó el 8 de junio de 1996 vs Bolivia (1-0) y se consolidó en la Copa Oro, ganando en 1996, 1998 y 2003. Su cumbre, obviamente la Copa FIFA Confederaciones 1999 en México,donde aseguraron el primer título mundial del Tri.
En Francia 1998, fue titular en octavos (derrota 2-1 vs Alemania); en Corea-Japón 2002, marcó vs Ecuador (2-1) y Croacia (1-0). En los Juegos Olímpicos Atlanta 1996, México cayó en cuartos ante Nigeria (2-0). Participó en tres Copas América (1997, bronce; 1999, bronce; 2004, cuartos) y dos Confederaciones más (1997, 2005).
“El Gatillero” de los récords
Palencia brilló con distinciones: Novato del Año 1995-1996, 11 Ideal de Liga MX (1997, 2001), Máximo Goleador Mexicano en Copa Libertadores (15 goles y récord vigente) y Máximo Goleador de Cruz Azul en Concacaf (6 tantos). En 2025, ingresó al Salón de la Fama del Fútbol Internacional en Pachuca. Su liderazgo como capitán en Cruz Azul, Chivas USA y el Tri, junto a su polivalencia (delantero, mediapunta, extremo), lo hicieron leyenda.
Goles épicos y caídas que forjaron carácter
El hat-trick de Palencia en la Champions Concacaf 1997 vs LA Galaxy (5-2) es un hito imborrable, con un gol de chilena que aún circula en redes. En la Libertadores 2001, sus 9 goles incluyeron un doblete vs Rosario Central, aunque la final perdida ante Boca marcaron su corazón.
Navegando tormentas con madurez
En 2003, un motín en Cruz Azul por recortes salariales, liderado por compañeros como Abreu, puso a Palencia en el ojo del huracán. Una frase filtrada (“No apoyo a los disidentes”) lo tildó de traidor ante la afición celeste. Como DT, su cese en Pumas (2017) tras 5 victorias en 17 juegos y en Mazatlán (2020) tras 3 triunfos en 10 partidos generó críticas. Su expediente limpio, sin sanciones graves, refleja su profesionalismo.
Un ídolo que sigue inspirando
Al 6 de octubre de 2025, Francisco Palencia (52 años) es analista en Fox Sports México, debutando en programas como Punto Final con críticas agudas. Tras dirigir Sporting FC en Costa Rica (cesado en enero 2024 por 4 derrotas seguidas), explora roles como DT en divisiones inferiores mexicanas. En Barcelona, gestiona su restaurante, juega golf y entrena en el gym. Así es como su valor como analista crece, con rumores de un libro sobre su carrera en 2026.
Un legado eterno en el fútbol mexicano
Francisco Palencia no solo marcó 146 goles, sino que encarnó el espíritu indomable del fútbol mexicano. Desde los callejones de Narvarte hasta los estadios de Francia 1998, Corea-Japón 2002 y la Confederaciones 1999, su “gatillo” disparó sueños colectivos en Cruz Azul, Chivas y Pumas. Con 9 títulos, un récord en Libertadores y un lugar en el Salón de la Fama, Palencia es un puente entre generaciones. A sus 52, entre análisis filosos y tacos en Barcelona, sigue siendo un faro para los jóvenes que patean balones en lotes baldíos.




