Leí el libro de la presidenta Claudia Sheinbaum, “Diario de una transición histórica”, saqué varias conclusiones sobre el y en efecto me pareció una lectura muy apasionante e ilustrativa, me explico:
Acompañé a la presidenta de la República durante todo el trayecto del periodo de transición, la escuché trazar los planes de su gobierno y pude presenciar de manera directa los esfuerzos que se hicieron en esta gira histórica que ella misma decidió emprender a un lado de el expresidente Andrés Manuel López Obrador.
La hoy presidenta y el expresidente estuvieron tres veces en Sonora durante este proceso, también la pude observar debido a voz en las comparecencias que ella misma decidió tener ante los medios de comunicación de manera cotidiana en la casa de transición, Claudia Sheinbaum siempre fue clara y muy directa, al respecto de cuáles eran sus motivaciones, sus planes y sus objetivos.
Hoy me toca, a poco más de un año de distancia, observar los primeros resultados de su gobierno de ella, puedo decir algunas cosas sobre su persona y su gestión.
Uno.- Es sumamente disciplinada, que tiene un pensamiento muy claro al respecto del tipo de país que quiere construir, de hecho en su libro, ella hace una diferenciación fuerte e importante al respecto de qué es la etapa que estamos viviendo, Andrés Manuel López Obrador, hablaba de la continuidad con cambio; ella habla muy puntualmente de una fase distinta, que es construir el segundo piso, a a partir de lo ya construido en los seis años que le preceden.
Puede sonar un tanto pueril la concepción, sin embargo, el enfoque es fundamental, en el cierre de libro, la presidenta, recuerda que es la oposición, partidista y mediática, quienes presionan de manera cotidiana para que rompa con el expresidente, y ella dice que no lo hará, reafirma, que bajo ninguna circunstancia desconocerá a su predecesor.
Sin embargo, la presidenta es clara al respecto de que ella, Claudia Sheinbaum Pardo, y él, Andrés Manuel López Obrador, tienen pensamientos similares, pero orígenes muy distintos y esta pequeña y sutil diferencia es la que marca el rumbo de nuestra nación en este momento.
Dos.- Claudia Sheinbaum tiene una formación política con origen en las luchas estudiantiles, particularmente en la UNAM, ella forma parte del movimiento estudiantil que derrotó al neoliberalismo en sus años primigenios, ella ha estado en el epicentro de la lucha social y política que las clases medias ilustradas han protagonizado en los últimos 50 años y ella es justamente el factor catalizador que ha construido esta nueva clase política que hoy dirige a México.
Éste interesante factor le confiere a la Dra., una legitimidad y un liderazgo que difícilmente cualquier otro actor político involucrado con Morena o con cualquier otra fuerza política, podrían tener.
La presidenta representa la aspiración legítima de todos aquellos grupos de ciudadanos con profundo amor por este país, que fueron marginados por intereses de grupo, o bien por las oligarquías o bien por las mafias que controlaron el poder antaño, y que impidieron que una enorme masa de ciudadanos, con alta capacidad intelectual y laboral, pudieran involucrarse con el desarrollo de su país. Esos marginados con formación académica y con una capacidad intelectual notable, son quienes hoy acompañan el empeño de la presidenta de la República.
Con Claudia Sheinbaum me queda muy claro, el país está en las mejores manos posibles, la lectura de su libro “Diario de una transición histórica”, es justamente lo que comunica.
Para entender a la presidenta de la República, es muy importante leer los entrelineados asumir cuál es su filosofía política y social, hay pasajes que me conmovieron realmente y las reproduzco a continuación:
Sobre su visión económica: “Tengo la convicción de que un país no sólo debe evaluarse por la riqueza que genera, sino también por la que distribuye; no sólo por la inversión que recibe, sino por el salario de sus trabajadores y trabajadoras, por el empleo digno y el acceso a los derechos, así como por la protección de sus recursos naturales. Porque la verdadera grandeza de una nación no se miden en cifras, sino en la dignidad, con la que vive en su pueblo y su tierra”.
Sobre su relación con pueblos indígenas y grupos marginados: “Mencioné lo importante que es para nosotros la palabra justicia y su significado, se trata de justicia social, justicia para las mujeres y justicia para los pueblos originarios que tiene un nombre: Justicia histórica… En esta nueva página de la historia, la justicia tiene rostro de mujer y la nación, memoria larga”.
Sobre su compromiso con las mujeres de México: “El 1.° de octubre de 2024, cuando tomé protesta como presidenta constitucional de los Estados Unidos Mexicanos en el recinto del Congreso de la Unión, sentí que no era solo mi voz la que se alzaba al pronunciar las palabras del juramento. Era la voz de millones de mujeres mexicanas que a lo largo de nuestra historia han luchado por la justicia, por la igualdad, por la libertad y por el derecho a decidir sobre sus vidas y su destino”.
La presidenta Sheinbaum ha sido muy clara, ha dicho repetidamente que con ella llegaron todas, que México es en adelante, un país de derechos y que nuestro país podrá convertirse durante su mandato en una potencia emergente, la verdad es que la lectura de su libro, pero sobretodo la confianza que merece la jefa del poder ejecutivo, es algo que queda de manifiesto a través de este compromiso reiterado con el país y con los mexicanos.
