Orígenes y primeros pasos
Héctor Alberto Coyote Tapia nació el 26 de marzo de 1967 en Celaya, Guanajuato. Comenzó su carrera en categorías menores y equipos de menor escala antes de entrar en la escena del máximo nivel del fútbol mexicano, desempeñándose como mediocampista de contención.
Consolidación en el León y salto al estrellato con el Club Deportivo Guadalajara
Su debut en la Primera División se produjo con Club León, club con el que ganó el campeonato de la temporada 1991-92 en la Liga MX. En 1993 se incorporó al Club Deportivo Guadalajara, donde vivió su etapa de mayor trascendencia: jugó 13 temporadas en el equipo rojiblanco y fue clave en el título del Verano 1997.
Su papel era esencial: como mediocentro de contención, combinaba el trabajo defensivo, recuperación de balón y toque corto para iniciar la transición ofensiva.
Trayectoria en selección y presencia internacional
Entre 1992 y 2001 fue convocado por la Selección de fútbol de México, acumulando 54 apariciones sin haber marcado gol. Participó en torneos importantes como la Copa América 1995 y la Copa FIFA Confederaciones 1995. A pesar de su regularidad en el proceso de clasificación para el Mundial de 1998, no fue llamado para el torneo finalista por decisión del técnico en turno.
Legado como jugador y transición a entrenador
Coyote se retiró como jugador a principios de la década de 2000, tras su paso final por Atlante F.C. Pero su vínculo con el fútbol continuó. Ha sido entrenador y líder de fuerzas básicas, y actualmente dirige al Club Deportivo Tapatío, filial del Guadalajara en la Liga de Expansión MX.
En su rol formativo, ha contribuido al crecimiento de jóvenes talentos rojiblancos, fiel a la institución que lo consagró.
Su aporte al fútbol mexicano
Alberto Coyote representa la figura del mediocampista que no aparece tanto en las portadas, pero que es imprescindible en el rompecabezas del equipo. Su consistencia, lectura de juego y entrega lo convirtieron en un referente del club y del país durante los años 90.
Su etapa con el Guadalajara, especialmente el título de 1997, así como su larga trayectoria con la selección, le aseguran un lugar de honor en la historia del fútbol mexicano.




