- El movimiento ha reiterado que no mantiene ninguna afiliación política ni ideológica, y que su principal objetivo es fomentar la conciencia ciudadana
El colectivo de la Generación Z México anunció una manifestación que se llevará a cabo en la Ciudad de México el próximo 8 de noviembre, con el propósito de demandar mayor transparencia, fortalecer la democracia y poner fin a la corrupción en el país.
La convocatoria fue publicada en su cuenta oficial de Instagram (@somosgeneracionmx), donde los organizadores invitaron especialmente a la juventud a concentrarse en el Ángel de la Independencia para luego marchar rumbo al Zócalo capitalino. La cita es a las 11:00 horas y el colectivo saldrá a las 12:00 horas.
“México vive una profunda crisis de inseguridad, impunidad y violencia. Mientras el pueblo lucha cada día por sobrevivir, el Gobierno decide negar e invisibilizar el dolor que nos está consumiendo. Los asesinatos, desapariciones y amenazas se han vuelto parte del miedo cotidiano, y, aun así, quienes deberían protegernos guardan silencio”, se lee en su convocatoria.
El movimiento ha reiterado que no mantiene ninguna afiliación política ni ideológica, y que su principal objetivo es fomentar la conciencia ciudadana.
Como emblema del movimiento, Generación Z México convocó a los participantes a portar banderas inspiradas en el anime One Piece, especialmente las del protagonista Monkey D. Luffy, reconocido como un símbolo de libertad y oposición a la opresión. El estandarte es una calavera sonriente con sombrero de paja, conocida como Jolly Roger se ha consolidado como un ícono mundial de resistencia juvenil frente a la corrupción y los abusos del poder. Varios manifestantes han señalado que Luffy representa la esperanza, la amistad y la lucha por un mundo más justo, valores con los que muchos jóvenes se identifican.
Un colectivo que lucha por la democracia
El colectivo Generación Z México ha unido su convocatoria a la iniciativa “Salvemos la Democracia”, cuyo propósito es reunir firmas para impulsar una reforma electoral que refuerce las instituciones democráticas del país. Entre sus principales demandas se encuentran:
Transparencia y democracia: Piden un gobierno más transparente y democrático, donde las decisiones se tomen en beneficio de la ciudadanía.
Eliminar la injerencia del crimen organizado en los procesos electorales.
Terminar con el “chapulineo” político y la sobrerrepresentación en el Congreso.
A través de esta marcha, la Generación Z México busca que las voces jóvenes trasciendan las redes sociales y se apropien del espacio público, con el fin de exigir un país más justo, transparente y consciente.
Del Oriente al Occidente: la propagación del símbolo
La bandera de los Sombrero de Paja comenzó a verse en protestas en Indonesia y Nepal, donde la juventud se levantó contra la corrupción y la censura. Desde entonces, el símbolo se ha extendido por países como Filipinas, Serbia, Kenia, Perú y Madagascar, transformándose en un emblema universal de unidad y resistencia generacional.
En Madagascar, por ejemplo, la icónica calavera fue adaptada con elementos locales: el tradicional sombrero de paja fue reemplazado por un satroka, un tocado típico del país que simboliza orgullo e identidad cultural. Ahora, en México, esta bandera llega como un símbolo de rebeldía creativa, impulsado por jóvenes que crecieron inmersos en la cultura pop y los memes difundidos a través de las redes sociales.
Cultura pop y protesta: una nueva manera de alzar la voz
La Generación Z utiliza referencias de la cultura popular para dotar de fuerza visual y emocional a sus movimientos sociales.
Al igual que la máscara de Guy Fawkes de V de Vendetta, el maquillaje de Joker o el saludo de tres dedos de Los Juegos del Hambre, la bandera de One Piece se ha convertido en un símbolo colectivo de resistencia frente a la injusticia y la opresión, y en una expresión del anhelo por cambiar el sistema.
Estos iconos culturales comunican mensajes de unidad, esperanza y desafío, en un lenguaje visual que las nuevas generaciones comprenden y comparten. Ya no pertenecen sólo al mundo de las series, sino que han trascendido la pantalla para convertirse en herramientas reales de protesta y expresión social.




