José Manuel “Chepo” de la Torre, uno de los nombres más conocidos del fútbol mexicano, pasó de ser un mediocampista técnico con pasado en Guadalajara, Monterrey y Necaxa, a convertirse en campeón de Liga MX como entrenador con Toluca y Chivas, además de dirigir a la Selección Mexicana en una de sus etapas más polémicas. Su carrera, llena de éxitos, aprendizajes y contrastes, es reflejo de una vida completamente dedicada al fútbol.
Un legado futbolístico que nació en casa
Nacido el 13 de noviembre de 1965 en Guadalajara, Jalisco, José Manuel de la Torre Menchaca creció rodeado de fútbol. Su familia es una de las más reconocidas en el balompié nacional por ser sobrino de Javier “Zully” Ledesma, hermano de Néstor de la Torre, y pariente de Ramón Ramírez y Carlos de la Torre, el “Chepo” prácticamente nació con el balón en los pies.
Desde pequeño destacó por su inteligencia táctica y su toque fino, cualidades que lo llevaron a las fuerzas básicas del Club Deportivo Guadalajara, donde dio sus primeros pasos hacia una carrera profesional sólida y respetada.
Una promesa con visión de futuro
El “Chepo” de la Torre debutó en Primera División en 1984 con Chivas, bajo la dirección de Alberto Guerra. Desde sus primeros partidos demostró una capacidad especial para organizar el juego desde el mediocampo. Su visión, lectura y temple lo convirtieron rápidamente en pieza importante del equipo tapatío.
Con Chivas vivió momentos de crecimiento futbolístico y ayudó al club a mantenerse competitivo durante mediados de los ochenta, como en la temporada 1986-1987, donde De la Torre formó parte del equipo campeón de Chivas, siendo una figura importante en el mediocampo. En esta etapa comenzó a perfilarse no solo como un jugador con talento, sino como un líder natural dentro y fuera del campo.
Experiencia en Europa
En 1988 dio el salto a Europa para jugar con el Real Oviedo en España. Aunque su paso fue breve, las 32 apariciones y 8 goles que registró con el club español le aportaron experiencia internacional y madurez profesional, algo poco habitual en futbolistas mexicanos de su generación. La etapa europea afianzó su técnica y amplió su visión táctica, lo que le sería útil a lo largo de su carrera como jugador y luego como entrenador.
El título que faltaba en la historia
Tras su regreso a México, “Chepo” arribó a Puebla, donde vivió una de las páginas más importantes de su carrera como futbolista. Con Puebla fue parte del plantel que se consagró campeón de la Primera División en la temporada 1989–90, un logro que hoy forma parte de su palmarés personal y que lo posiciona entre los mediocampistas campeones de esa época. Ese título con Puebla se suma a los otros grandes logros de su etapa como jugador y confirma su aporte en distintos proyectos de club.
La consolidación y sus últimos años como jugador
Después de Puebla, De la Torre continuó su carrera con pasos por Cruz Azul, un segundo ciclo en Guadalajara, un paso por Tigres UANL, Puebla y finalmente una etapa con Necaxa, equipo con el que ganó el Invierno 1998, cerrando así su colección de títulos como jugador. Su trayecto por estas instituciones lo consolidó como un futbolista polivalente, respetado por técnicos y compañeros, capaz de aportar temple y lectura táctica en el mediocampo.
Selección Mexicana
Entre 1987 y 1992, “Chepo” fue convocado con la Selección Mexicana, acumulando más de 20 apariciones y participando en torneos regionales y partidos amistosos que le permitieron mostrar su talento en el plano internacional. Aunque no jugó en un Mundial FIFA como futbolista, su aporte al Tri fue significativo en ese ciclo.
El paso al banquillo
Al retirarse como jugador, De la Torre se sumergió en la dirección técnica. Comenzó su carrera como auxiliar, aprendiendo de entrenadores de primer nivel y preparando su propia filosofía: orden táctico, prioridad defensiva y exigencia física. Ese aprendizaje lo llevó pronto a la oportunidad de ser DT principal en clubes de primera división.
El título que lo catapultó como entrenador
Su llegada como director técnico de Chivas marcó el inicio de una etapa brillante. José Manuel de la Torre dirigió al Rebaño y en el Apertura 2006 conquistó el campeonato de la Liga MX, un título especialmente simbólico porque lo logró en el club que lo formó como jugador. Ese campeonato consolidó su reputación como estratega competente y le abrió puertas para retos mayores.
Toluca y los dos títulos
En Toluca desarrolló quizá su etapa más exitosa como entrenador a nivel de clubes. Dirigiendo a los Diablos Rojos, De la Torre ganó el Apertura 2008 y el Bicentenario 2010, mostrando equipos ordenados, con presión alta y eficacia en la transición ofensiva. Su Toluca fue un equipo práctico, con foco en resultados, y le valió reconocimiento como uno de los técnicos más sobresalientes de México entre 2008 y 2010.
La selección absoluta
En 2010 asumió la dirección de la Selección Mexicana, etapa que inició con éxito puesto que México ganó la Copa Oro 2011 bajo su mando, combinando jugadores jóvenes y veteranos y recuperando un estilo competitivo en la CONCACAF. No obstante, el rumbo se complicó en el ciclo mundialista rumbo a Brasil 2014. Una serie de resultados irregulares y la presión por la clasificación desembocaron en su salida tras la dolorosa derrota ante Honduras (6 de septiembre de 2013) en el Estadio Azteca. Su paso por la selección se recuerda por la conquista regional y por el desgaste final en la eliminatoria.
Regresos, retos y pasos posteriores
Tras la Selección, De la Torre dirigió nuevamente a Guadalajara (2014–2015) salvándolos del descenso, tuvo un ciclo en Santos Laguna (2016–2017) y regresó a Toluca en 2019–2020. En 2024 también asumió el mando de Puebla como entrenador, un ciclo con altibajos que terminó con su salida por resultados adversos.
Estilo de juego y filosofía táctica
“Chepo” ha construido una identidad como entrenador centrada en orden táctico, responsabilidad defensiva y eficacia en el balón parado. Sus equipos suelen ser compactos, con líneas bien armadas y énfasis en el trabajo colectivo más que en las individualidades. Esa filosofía le permitió ganar títulos, pero también, en ciclos con escasez de tiempo o recursos, sufrir por la exigencia del rendimiento inmediato.
Entre la técnica y la disciplina
José Manuel “Chepo” de la Torre es la síntesis de una vida futbolística completa: fue jugador con técnica y carácter, y se transformó en un entrenador ganador que supo leer el contexto del fútbol mexicano. Su carrera contiene títulos, altibajos y decisiones que lo han hecho grande y polémico a partes iguales. Hoy su nombre sigue vigente: por los trofeos, por los equipos que dirigió y por la huella que dejó en generaciones de jugadores y entrenadores.




