Una creciente comunidad virtual donde los hombres se reúnen para compartir experiencias masculinas se está convirtiendo en una grave amenaza para las mujeres por el simple hecho de ser… mujeres.

Esta historia ya la hemos visto: “activistas” por los derechos masculinos, gurús de ligue, incels. Todos unidos para luchar contra el feminismo, las dichosas falsas denuncias y la promoción de la violencia contra las mujeres. El problema es que estos discursos de odio no solo quedan en un plano digital, sino que con el paso del tiempo se ha extendido hasta el espacio laboral, a las instituciones y las relaciones personales íntimas.
Con más de 5500 millones de personas activas en redes sociales, los espacios digitales se han convertido en un pilar fundamental para conectar, aprender y compartir. Sin embargo, junto con sus beneficios, viene acompañado de la difusión de discursos de odio, abuso y misoginia.
Según la Fundación Movember, una organización líder en salud masculina y socia de ONU Mujeres, asegura que dos tercios de los jóvenes interactúan periódicamente con influencers que abordan la masculinidad en línea. Si bien, la interacción con estos influencers es principalmente por entretenimiento, muchos de ellos aseguraron que actúan según los consejos de los influencers, y que era una forma de mantenerse informados.
¿Pero qué es la manosfera?
El término de manosfera, o también conocido como machoesfera, hace referencia a comunidades en línea como sitios web, blogs o foros en línea que promueven definiciones más reducidas y agresivas de la masculinidad. A menudo, asociado con la misoginia, el antifeminismo, hasta teorías sobre las falsas denuncias.
Estas redes están dirigidas exclusivamente para audiencias masculinas y las puedes encontrar en redes sociales, apps de citas, espacios de gamers, podcasts y casi todos los espacios digitales que se te ocurran.
Aunque al principio pueda parecer un espacio inofensivo, muchos de estos grupos se centran en la promoción de lenguaje extremo, una ideología sexista y la normalización de comportamientos violentos hacia mujeres, reforzando la idea de que los hombres son víctimas del feminismo.
¿Quiénes conforman estos grupos?
De acuerdo a datos del Informe del Secretario General de las Naciones Unidas, se determinó que la popularización de la manosfera coincide con el creciente conservadurismo entre los hombres. Y no es casualidad, porque muchas veces se han asociado políticamente con la extrema derecha. La socióloga española y coautora del informe Jóvenes en la manosfera. Influencia de la misoginia digital en la percepción que tienen los hombres jóvenes de la violencia sexual, Elisa García-Mingo, menciona al respecto: “Aquí, la manosfera tiene conexiones con partidos de ultraderecha como Vox y organizaciones como Hazte Oír.”
Gran parte del éxito de estos grupos se debe a su capacidad de diversificarse y su alcance, ya que muchos hombres, sean jóvenes o adultos, comparten el mismo malestar y frustración masculina. Y claro, esto tiene su origen en el patriarcado, las formas de socialización, etc.
¿Cómo frenar la manosfera?
Según ONU Mujeres, todas las personas salimos perdiendo en un mundo con desigualdad de género, incluso en el mundo digital. Afortunadamente, plantea recomendaciones para que las personas, empresas y quienes se ocupan de formular políticas, puedan tomar para detener el avance de la manosfera:
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- Empezar a hablar del tema: Es importante normalizar las conversaciones sobre el uso que las juventudes le dan a internet sin dejar de alentar su independencia. Además, prestar atención a comportamientos influenciados por la actividad en línea.
- Promover una masculinidad saludable en la era digital: Por cada influencer tóxico de la manosfera, existen personas que crean contenidos positivos de masculinidad. Dale un vistazo al trabajo de GENDES, HeForShe, Equimundo, Alianza MenEngage y la Fundación Movember.
- Verificar fuentes de información: La manosfera se construye a base de la pseudociencia y la manipulación emocional, dando por hecho términos falsos. Mejor construyamos una cultura de fact-checking para poder identificar estos discursos.
- Exigir políticas públicas: No todo lo podemos hacer desde nuestra trinchera. Debemos continuar exigiendo a las autoridades que hagan su trabajo y se comprometan con las mujeres. Desde fortalecer las políticas vigentes sobre violencia contra mujeres, promover mayor transparencia en las plataformas digitales, invertir en ciudadanía digital y en programas.
Frenar este fenómeno implica mucho más que censurar o bloquear contenido: requiere desmontar las raíces culturales, sociales y emocionales que alimentan su existencia. La manosfera no surge de la nada, es el resultado de un conjunto de creencias arraigadas en el machismo, la misoginia y la desigualdad de género. No dejemos que el espacio virtual se convierta en otro espacio inseguro.




