En el mundo del fútbol mexicano, pocos jugadores encarnan el espíritu de la resiliencia y el talento innato como Arturo Alfonso González González, mejor conocido por todos como “Ponchito“. Nacido el 5 de septiembre de 1994 en Reynosa, Tamaulipas, este mediocampista ofensivo zurdo ha tejido una carrera llena de altibajos, glorias continentales y un regreso emotivo que ha encendido la pasión de la afición rojinegra. Con más de 350 partidos en la Primera División de México, 53 goles y 34 asistencias a lo largo de su trayectoria, Ponchito no solo es un producto de las fuerzas básicas del Atlas, sino un símbolo de cómo el fútbol puede unir destinos.
De las canchas de Reynosa a la gloria sub-17 con México
La historia de Ponchito comienza lejos de los reflectores, en una ciudad fronteriza donde el béisbol reinaba, pero el destino tenía otros planes. Como niño, González practicaba el deporte rey de Tamaulipas, pero un brazo roto lo alejó temporalmente. Fue entonces cuando el fútbol entró en su vida, cambiando todo. En diciembre de 2008, con apenas 14 años, su familia lo llevó a una prueba en Mission, Texas, para las fuerzas básicas del Atlas. Su talento natural, esa visión de juego, el dribbling preciso y el disparo letal, convenció a los visores. Se instaló en Guadalajara, donde no solo entrenaba en las categorías sub-15, sub-17 y sub-20, sino que también trabajaba como recoge balones en los partidos del primer equipo.
Pero Ponchito no tardó en brillar a nivel internacional. En junio de 2011, con solo 16 años, fue convocado por el entrenador Raúl Gutiérrez, a la Selección Mexicana Sub-17 para el Campeonato Mundial de la FIFA en México. Le entregaron la camiseta número 10, un peso enorme para hombros tan jóvenes. Debutó el 18 de junio contra Corea del Norte en una victoria 3-1, y jugó todos los partidos del torneo. Su momento mágico llegó en cuartos de final contra Holanda en el minuto 93, anotando el gol decisivo en un 3-2 que selló el pase a semis. México levantó la copa en el Estadio Azteca el 13 de julio, derrotando 2-0 a Uruguay en la final. Ponchito, parte de esa generación dorada junto a Carlos Fierro y Antonio Briseño, se convirtió en héroe nacional. Ese título no fue solo un trofeo; fue el trampolín que lo catapultó al profesionalismo, demostrando que su zurda podía cambiar el curso de la historia.
El nacimiento de un estrella rojinegra
El Atlas, el club que lo formó, vio en Ponchito a su joya de la corona. Debutó con el primer equipo el 18 de febrero de 2012 contra Tigres, entrando al minuto 65 por Alonso Zamora. A sus 17 años, el estadio rugió con la promesa de un nuevo ídolo. En su primera etapa con los Zorros, entre 2012 y 2016, disputó 117 partidos en todas las competiciones, anotando goles clave que lo posicionaron como un mediocampista versátil, capaz de crear desde la izquierda o como armador central.
Bajo la dirección de técnicos como Tomás Boy, Ponchito vivió sus mejores momentos. En el Clausura 2014, jugó 15 encuentros y marcó tres goles, mostrando madurez más allá de su edad. El Apertura 2014 fue aún mejor, 17 partidos y cuatro anotaciones, incluyendo jugadas memorables contra rivales como Cruz Azul y Pachuca. Sin embargo, las lesiones lo pusieron a prueba. A pesar de los tropiezos, acumuló 18 goles y 12 asistencias en Liga MX durante esta era, ganándose el cariño de la afición rojinegra. El Atlas no era solo un club; era su hogar, el lugar donde “Ponchito” se convirtió en Alfonso, el profesional listo para dar el salto.

Su paso por las selecciones menores reforzó su estatus. En 2013, participó en el Mundial Sub-20 en Turquía, sumando experiencia global. Y en 2016, con 21 años, formó parte de la Selección Sub-23 en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. Aunque México no avanzó más allá de la fase de grupos, Ponchito jugó contra Alemania y Fiji, mostrando su calidad en un torneo que reunía a las mejores promesas del mundo. Además, recibió su primera convocatoria a la Mayor en octubre de 2014, debutando contra Honduras bajo el mando de Miguel Herrera. Fueron tres capítulos en total, un guiño a su potencial ilimitado.
La etapa dorada en Monterrey
En julio de 2016, el Atlas transfirió a Ponchito al Club de Fútbol Monterrey por una cifra millonaria, marcando el fin de su primera etapa rojinegra y el inicio de ocho años de gloria albiazul. Debutó el 10 de julio en un amistoso contra Herediano, anotando de inmediato y presagiando lo que vendría. Con los Rayados, disputó 245 partidos en todas las competiciones: 205 en Liga MX, 27 en Copa MX, 10 en la Liga de Campeones de la Concacaf y tres en el Mundial de Clubes. Sus números hablan de consistencia: 35 goles y 28 asistencias, con rachas impresionantes como 100 partidos consecutivos en Liga entre 2019 y 2023, donde anotó 17 tantos.
Monterrey fue su universidad futbolística. Bajo Antonio Mohamed y Víctor Manuel Vucetich, se consolidó como un revulsivo letal y titular indiscutible. En el Apertura 2021, fue el mexicano más productivo con tres goles y cuatro asistencias en 11 partidos. Su hat-trick contra León en 2022 lo inmortalizó. Pero los títulos definieron su era:
- Liga MX Apertura 2019: Clave en la campaña invicta, contribuyendo con asistencias decisivas en la liguilla.
- Copa MX Apertura 2017 y Clausura 2019-2020: Dos trofeos que completaron un triplete continental en 2020.
- Liga de Campeones de la Concacaf 2019 y 2021: En la final de 2019 contra Tigres, anotó en la victoria 2-1, un gol que dolió en el norte.
Las lesiones lo frenaron en momentos clave, pero siempre regresó más fuerte. En 2023, celebró sus 200 partidos con doblete contra Toluca, sumando 28 goles en total con el club. Monterrey no solo lo vio crecer; lo vio convertirse en campeón, un legado de cinco títulos que lo posiciona como uno de los mediocampistas más laureados de su generación.
El préstamo a Pachuca
El ciclo en Monterrey terminó en julio de 2024, cuando Ponchito fue cedido a préstamo por un año al Club Pachuca, con opción a compra. Los Tuzos, campeones de la Concacaf Champions Cup, buscaban experiencia en el medio campo tras la salida de Erick Sánchez al América. Ponchito debutó rápidamente y disputó 22 partidos en la temporada 2024-2025, anotando cuatro goles, dos en Liga MX durante el Apertura 2024.
Su paso por Hidalgo fue revitalizante. Contribuyó al Derby de las Américas Champion y la Challenger Cup Champion en 2024-2025, añadiendo dos trofeos internacionales a su vitrina. Jugando junto a Nelson Deossa, mostró su visión de juego en un equipo ofensivo, recuperando minutos y confianza. Aunque no se ejerció la opción de compra, este año lo preparó para lo que vendría: un regreso a las raíces.
El regreso emotivo al Atlas
En julio de 2025, tras regresar brevemente a Monterrey para el Mundial de Clubes (donde llegaron a octavos, cayendo ante Borussia Dortmund), Ponchito dejó los Rayados de forma definitiva. El Atlas, en plena reestructuración bajo Gonzalo Pineda y con la incertidumbre de una posible venta del club, lo recibió con brazos abiertos. El 16 de julio, los Zorros anunciaron su incorporación en transferencia definitiva para el Apertura 2025 y la Leagues Cup. “Uno siempre vuelve a donde fue feliz”, tuiteó el club, capturando la esencia de este hijo pródigo.
Presentado junto a otros cuatro refuerzos, Jorge Rodríguez, Rober Pier, Gustavo Ferrareis y César Ramos, Ponchito lució el número 58, un dorsal legendario ligado a la radio que transmitía los juegos del Atlas en los 80. Debutó en la Jornada 2 contra Cruz Azul en el Estadio Jalisco, y desde entonces, ha sido un líder en el medio campo. A sus 31 años, sueña con su primer gol en este regreso y con ayudar a los Zorros a pelear playoffs.
Un legado de campeón que inspira
Con estos logros, Ponchito ha superado obstáculos como lesiones crónicas y presiones mediáticas, siempre con humildad. Su historia no termina aquí; en el Atlas, busca más gloria, recordándonos que el fútbol es pasión eterna.




