En el universo del tenis, donde cada raqueta es una extensión del alma y cada punto una batalla épica, surge la figura de Raúl Ramírez Lozano como un faro de excelencia mexicana en un deporte dominado por potencias europeas y estadounidenses. Nacido el 20 de junio de 1953 en la soleada Ensenada, Baja California, este prodigio de la cancha no solo escaló hasta el codiciado cuarto lugar del ranking mundial de la Asociación de Tenis Profesional, un hito alcanzado el 7 de noviembre de 1976 que lo posiciona como uno de los pocos mexicanos en tocar la élite global, sino que se convirtió en el primer jugador de la historia en liderar simultáneamente las clasificaciones de puntos del Grand Prix en individuales y dobles ese mismo año. Su carrera, un tapiz de 19 títulos en individuales y 60 en dobles, incluyendo Grand Slams como Wimbledon y el Abierto de Francia, es un relato de garra, precisión y un legado que trasciende las líneas de la pista.
Los primeros pasos de un prodigio
Raúl Ramírez Lozano nació el 20 de junio de 1953 en Ensenada, Baja California, y desde niño mostró una conexión casi mágica con la raqueta. Aprendió a jugar en canchas públicas, bajo el sol del Pacífico, y a los 17 años ya se proclamaba campeón del legendario Torneo de Ojai en California. En 1971 ingresó a la Universidad del Sur de California (USC), donde fue tres veces All-American y alcanzó la final del campeonato NCAA de 1973. Ese mismo año dio el salto al circuito profesional con apenas 20 años y, desde su primer torneo, quedó claro que México tenía en sus manos a alguien especial.
1976: El año que cambió todo
El verano de 1976 fue, sencillamente, irrepetible. Raúl llegó a Londres como la pareja número 1 del mundo en dobles junto al estadounidense, Brian Gottfried, posición que sostendrían durante 62 semanas consecutivas. Sobre la hierba rapidísima del All England Club desplegaron un tenis perfecto con voleas milimétricas, devoluciones imposibles y una química que parecía telepática. En la gran final enfrentaron a los australianos, Geoff Masters y Ross Case y, tras casi cuatro horas de batalla épica, se impusieron por 3-6, 6-3, 8-6, 2-6 y 7-5. Cuando el juez de silla anunció “game, set and match, Gottfried-Ramírez”, México celebró su primer y único título de Wimbledon en la Era Abierta. Raúl se convirtió en el primer (y hasta hoy único) mexicano campeón de un Grand Slam en cualquier modalidad.
Pero la historia no terminó ahí. En el cuadro de individuales, Ramírez llegó como octavo sembrado y protagonizó una actuación memorable. Eliminó rivales de altísimo nivel hasta plantarse en cuartos de final, donde derrotó al estadounidense, Vitas Gerulaitis, uno de los jugadores más explosivos de la época por 4-6, 6-4, 6-2 y 6-4. En semifinales cayó ante el temible Ilie Năstase (tercer cabeza de serie) por 2-6, 7-9 y 3-6, pero esa actuación le bastó para escalar, el 7 de noviembre de 1976, hasta el puesto número 4 del ranking mundial ATP. Ningún otro mexicano, ni antes ni después, ha vuelto a pisar tan alto.
El regreso a la final de 1979 y el dominio absoluto en dobles
Tres años más tarde, en 1979, Raúl volvió a pisar la final de dobles de Wimbledon. Otra vez con Brian Gottfried como compañero, enfrentaron a la dupla que dominaría los años siguientes, John McEnroe y Peter Fleming. Aunque cayeron 6-4, 4-6, 2-6 y 2-6, esa segunda final consecutiva en la Catedral confirmó que su reinado en hierba no había sido flor de un día.
Con Gottfried formó una de las parejas más letales de la historia. Juntos conquistaron también Roland Garros en 1975 y 1977, cuatro veces seguidas el Masters de Roma (1974-1977), tres veces Canadá, Cincinnati, Montecarlo, París Indoor y Washington, entre muchos otros. En total, Raúl Ramírez levantó 60 títulos de dobles ATP, récord mexicano absoluto con un impresionante registro de 570 victorias y solo 186 derrotas.

Los 19 títulos en individuales que completan la leyenda
Aunque su dominio en dobles fue arrollador, Raúl nunca descuidó el juego individual. Ganó 19 torneos ATP, entre los que destacan el Masters de Roma de 1975 (donde venció a Manuel Orantes en la final), Montecarlo 1978, Gstaad en dos ocasiones, Kitzbühel, Johannesburgo y una larga lista de triunfos sobre arcilla y superficie dura. Enfrentó y venció en múltiples ocasiones a los dioses de su época: Jimmy Connors, Björn Borg, Guillermo Vilas, Arthur Ashe y John Newcombe cayeron ante su raqueta.
El guerrero que eliminó dos veces a Estados Unidos
Entre 1971 y 1985, Raúl fue el alma de México en la Copa Davis. En 1974 y 1975 logró algo que parecía imposible: eliminar a Estados Unidos, la máxima potencia, en dos series consecutivas. Ganó puntos decisivos en singles y dobles, incluyendo victorias sobre Stan Smith y Jimmy Connors. Más tarde, como capitán (1984-1987 y 1992-1998), guió al equipo a triunfos históricos ante Alemania y España.
El retiro, la familia y el legado eterno
Raúl Ramírez colgó la raqueta profesional en 1984 con 79 títulos ATP en su vitrina (19 en singles + 60 en dobles), el único mexicano campeón de Grand Slam, el único Top 4 mundial y el único número 1 del mundo en dobles. En 1981 se casó con la venezolana Maritza Sayalero, Miss Universo en 1979, y juntos tuvieron tres hijos: Rebecca, Raúl y Daniel Francisco. Desde Ensenada, sigue siendo comentarista, promotor del tenis y formador de nuevas generaciones.
Cuarenta y nueve años después de aquella gesta inolvidable de Wimbledon 1976, Raúl Ramírez sigue siendo, sin discusión, el mejor tenista que México ha producido jamás. Y mientras la hierba del All England Club vuelva a recibir a los mejores del mundo, México recordará para siempre que un hijo de Ensenada la conquistó… y que nadie ha vuelto a igualarlo.




