- El licenciado Aarón Cuéllar Casillas, maestro en impuestos, catedrático y encargado del despacho jurídico de la Universidad Cuauhtémoc, habló sobre los impactos económicos y laborales de la reforma para reducir la jornada semanal de 48 a 40 horas.
Cuéllar Casillas explicó que la disminución del tiempo de trabajo podría traducirse en menor producción industrial, especialmente en micro, pequeñas y medianas empresas. “A menor tiempo trabajado podríamos caer en esta cuestión de menor producción en la industria”, señaló. Indicó que, aunque la reforma plantea beneficios para el trabajador, también obliga a clarificar límites en la jornada extraordinaria y a elevar a delito la explotación laboral, ya incluida en la reforma de la Ley de Trata de Personas.
De acuerdo con el especialista, el propósito es que patrón y trabajador maximicen las 40 horas establecidas, bajo reglas claras antes, durante y después del uso de fuerza laboral extraordinaria. “La reforma propone poner precisamente un límite al tiempo extraordinario, y un límite al tiempo extraordinario que se paga triple”, explicó.
No obstante, Cuéllar advirtió que los trabajadores podrían buscar alternativas para compensar sus ingresos, especialmente ante incrementos salariales futuros. “Al trabajador se le va a dar más tiempo libre. La realidad es que habrá trabajadores que busquen no uno sino dos trabajos”, indicó. Esto, dijo, podría contradecir el objetivo de bienestar y salud, ya que “en lugar de beneficiar, va a seguir perjudicando esta cuestión al dar más tiempo laboralmente hablando para poder tener dos trabajos”.
El académico señaló que este fenómeno provocaría presiones directas a las micro, pequeñas y medianas empresas, que representan la mayor parte de la población económicamente activa. “Eso se traduce directamente en despidos, mayor rigidez laboral tanto del patrón hacia los trabajadores y mayor rigidez en las relaciones laborales”, apuntó.
Otro aspecto relevante de la reforma es el control obligatorio de horarios. Actualmente, el patrón solo debe exhibir registros de entrada y salida si existe un conflicto laboral y es requerido judicialmente. Sin embargo, con la reforma “el patrón estará obligado ya a registrar o a tener un registro más claro de las horas de entrada y salida de sus trabajadores”, debido a que la autoridad laboral podrá solicitarlo directamente. “Con esta reforma sí ya va a ser más controlado esa cuestión”, afirmó, anticipando mayor tensión entre las partes.
Cuéllar también habló sobre el contexto económico que rodea la percepción salarial del trabajador: “Si comparamos en un ejercicio económico básico el salario mínimo registrado actualmente con la canasta básica pues no, nunca va a alcanzar”. Explicó que, con esta realidad, muchos empleados tendrán un incentivo a extender sus jornadas con un segundo empleo, reforzando la idea de insuficiencia.
El especialista advirtió que, con esta realidad económica, sumada a la reducción de horas laborales, podría impactar en productividad y sostenibilidad empresarial. “Caemos en un círculo tendencioso a generar menos producción, más cierre de líneas de producción para la micro, pequeña y mediana empresa, y mayores problemas laborales”, concluyó.




