Alguna vez hubo un equipo fundado por inmigrantes españoles que huyeron de la turbulencia política para conquistar el fútbol mexicano con estilo arrollador, ganando el primer título profesional y desapareciendo misteriosamente en solo siete años. Esta es la fascinante saga de Asturias FC, el club que marcó el amanecer de la era profesional en México y se convirtió en símbolo de la “legión extranjera“. Desde sus humildes inicios en 1918 hasta su abrupta disolución en 1950, te contamos todo sobre su paso por el fútbol mexicano.
Inmigrantes asturianos en busca de un sueño futbolero
El Asturias Fútbol Club nació el 7 de febrero de 1918 en la Ciudad de México, impulsado por un grupo de inmigrantes españoles provenientes de la región de Asturias. Liderados por figuras como José Menéndez Aleu, Ángel H. Díaz, Antonio Martínez e Higinio Gutiérrez Peláez, el club surgió como una forma de preservar su identidad cultural y unir a la comunidad asturiana en medio de la diáspora causada por eventos como la muerte del rey Alfonso XII (1885), el asesinato del primer ministro, Antonio Cánovas del Castillo (1897) y la dictadura de Miguel Primo de Rivera (1923). Estos exiliados trajeron consigo la pasión por el fútbol, influenciada por los ingleses, y fundaron el equipo bajo el paraguas del Centro Asturiano de México.
Inicialmente, Asturias intentó unirse a la Liga Mayor (entonces conocida como Primera Fuerza), pero fue rechazado tras empatar 3-3 en un partido de prueba contra el América. No se rindieron y crearon su propia liga, la “Unión Nacional de Association Foot-Ball“, con rivales como San Cosme y Blanco y Negro, atrayendo multitudes al no cobrar entrada en el Campo Asturias, ubicado en el Paseo de la Reforma. Este éxito forzó a la Primera Fuerza a aceptarlos en el torneo de 1919, marcando el inicio de su ascenso meteórico.
La era amateur
Durante la era amateur (1919-1943), Asturias FC se consolidó como una potencia en el fútbol mexicano. Participó en la Liga Mexicana de Football Amateur Association de 1919 a 1922, logrando un tercer lugar en su debut (1919-20). Luego, en el Campeonato de Primera Fuerza/Liga Mayor de 1922 a 1943, acumuló logros impresionantes:
Campeonatos de Liga: Ganador en la temporada 1922-23, subcampeón en 1927-28, 1933-34 y 1937-38, y tercero en 1931-32.
Copas: Récord absoluto con ocho títulos amateur: Cinco Copa México (1933-34, 1936-37, 1938-39, 1939-40, 1940-41), una Copa Tower (1921-22) y dos Copa Eliminatoria (1922-23, 1923-24). Superaron incluso al América en número de copas ganadas en esa época.
Otros hitos: En 1920, contrataron al escocés,}, como jugador-entrenador y ganó la Copa Covadonga. En 1921, se renombró temporalmente como Sección Deportiva del Centro Asturiano y conquistó la Copa Centenario.
El club inauguró su emblemático Parque Asturias en 1936, un estadio con capacidad para 25,000 espectadores en la Calzada Chabacano, con gradas techadas, un lujo para la época. Este venue albergó partidos internacionales, como contra el Colo Colo de Chile en 1927 y Botafogo de Brasil. Sin embargo, el drama no faltó y el 29 de marzo de 1939, durante un partido contra Necaxa por la Copa México, un penal polémico al final empató el juego y dio el título a Asturias. Enfurecidos, fanáticos de Necaxa incendiaron las tribunas de madera, destruyendo el estadio por completo.
Este incidente reflejaba las intensas rivalidades, especialmente con equipos como Necaxa y América, y coincidió con ecos lejanos de la Guerra Civil Española.
La “Legión Extranjera” en acción
Asturias FC se distinguió por atraer talento internacional, ganándose el apodo de “legión extranjera” junto al Real Club España. Algunos nombres clave: El argentino, Roberto Aballay (o Allalay), goleador estelar que anotó dos en la final de 1943-44, el portero español, Juan Urquiaga, el mediocampista, Luis Regueiro (internacional español), Larrinaga, el delantero mexicano, Roberto Gayón y el español, Juli Munlloch. En 1946, reclutaron escoceses como parte de una “aventura mexicana”, incluyendo veteranos al final de sus carreras.
De entrenadores contaron con el austriaco, Ernesto Pauler, que lideró al equipo al título profesional de 1943-44 con un estilo ofensivo. Posteriormente, un coach inglés introdujo tácticas defensivas, lo que llevó a resultados mediocres.
Estos talentos no solo brillaron en el campo, sino que encarnaron la fusión cultural del club, atrayendo a la comunidad inmigrante y a fanáticos locales.
La era profesional
En 1943, el fútbol mexicano dio el salto al profesionalismo con la creación de la Liga Mayor (antecesora de la Liga MX), y Asturias fue uno de sus 10 fundadores. Su debut fue legendario:
Temporada 1943-44: Empataron en puntos con el Real Club España (27 cada uno), forzando una final en el Parque Asturias. Asturias ganó 4-1, con goles de Aballay (2) y otros, convirtiéndose en el primer campeón profesional de México. Alcanzaron la final del Campeón de Campeones, pero terminaron subcampeones.
Temporadas siguientes: Quinto lugar en 1944-45 y 1948-49-50; décimo en 1945-46; noveno en 1946-47; y un desastroso decimoquinto en 1947-48 (último lugar).
A pesar de estos altibajos, Asturias mantuvo su esencia comunitaria, jugando un rol clave en la transición del fútbol mexicano hacia el profesionalismo.
La misteriosa desaparición
El fin llegó abruptamente en 1950. Asturias FC se retiró de la Liga Mayor junto al Real Club España y Moctezuma de Orizaba, debido a escaladas tensiones con la Federación Mexicana de Fútbol (FMF) sobre cuestiones administrativas y financieras. Fuentes indican desacuerdos en la gestión de la liga, distribución de ingresos y posiblemente presiones por mayor mexicanización del fútbol (dado el origen extranjero de Asturias y España). Necaxa, que había rechazado el profesionalismo en 1943, regresó para llenar el vacío.
El club disolvió su sección competitiva, pero su esencia perduró: el Centro Asturiano de México recaudó fondos para causas sociales, como combatir la tuberculosis, y en 1956 reconstruyó un nuevo Parque Asturias como centro comunitario con canchas de fútbol, piscinas y clases de arte. Hoy, sigue activo como hub cultural para asturianos en México.
Más que un club, un símbolo de identidad
Asturias FC no solo ganó trofeos; representó la integración de inmigrantes en la sociedad mexicana, promoviendo el fútbol como puente cultural. Su récord de ocho copas amateur permanece imbatible en esa era, y su título de 1943-44 marcó el nacimiento del fútbol profesional. Aunque olvidado por muchos, su historia inspira documentales y artículos, recordándonos que el deporte va más allá de victorias, es resiliencia ante la adversidad.
