- Más del 65% de las mujeres ingresadas al refugio presenta una relación directa o indirecta con las drogas
- El 10% de las mujeres atendidas fueron víctimas de tortura o amenazas del crimen organizado
La directora del Refugio de la Fundación Mujer Contemporánea A.C., Laura Sofía Macías Esparza, alertó sobre un aumento en los casos de mujeres víctimas de violencia cuyos agresores están vinculados con el crimen organizado, situación que ha intensificado los riesgos y las barreras para denunciar.
Durante 2025, el refugio acompañó a 41 familias, de las cuales 39 fueron nuevos ingresos y una correspondió a un reingreso proveniente de 2024. De ese total, alrededor del 10% de las mujeres atendidas fueron víctimas de tortura, persecución o amenazas relacionadas con el crimen organizado, una proporción mayor a la registrada en años anteriores. Macías Esparza señaló que muchas de estas mujeres y sus hijas e hijos llegaron con condiciones de salud precarias, derivadas de la violencia extrema vivida.
Entre los factores que detonan la violencia, la activista identificó el consumo de drogas y alcohol por parte de los agresores, los celos, la infidelidad, diferencias ideológicas y la participación de familiares del agresor en las agresiones. “Este año hubo fracturas de mandíbula, costillas, tobillos, muñecas, brazos. Lesiones ocasionadas con objetos contundentes, armas blancas, armas de fuego e incluso con vehículos”, indicó.
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La directora del refugio explicó que cuatro mujeres relataron haber sido obligadas, amenazadas o torturadas para participar en actividades delictivas, como la venta y distribución de drogas, o bien haber sido testigos de homicidios, lo que las llevó a temer por su vida.
Esta situación, dijo, genera serias barreras para denunciar, debido al riesgo de represalias y a la desconfianza hacia las autoridades. En estos casos, las cuatro mujeres fueron trasladadas a otros estados, ya que Aguascalientes no representaba un entorno seguro para ellas.
Finalmente, Macías Esparza advirtió que la falta de confianza en las instituciones de procuración de justicia sigue siendo un obstáculo grave para las víctimas, especialmente en los casos relacionados con crimen organizado, donde el miedo a filtraciones de información y represalias inhibe la denuncia. “No es que no quieran denunciar, es que saben a lo que se están enfrentando”, concluyó.




