- El Jardín Botánico se ha convertido en un refugio para aves locales y migratorias gracias a la presencia de biodiversidad de flora
- El monitoreo diario permite estudios sobre comportamiento, migración y presencia de especies invasoras y el desarrollo de un banco sonoro de aves
En la zona poniente del Campus Central de la Universidad Autónoma de Aguascalientes, el Jardín Botánico “Rey Nezahualcóyotl” alberga diversas historias. Este espacio se ha consolidado como un santuario para aves locales y migratorias, donde la ciencia observa, registra y aprende.
Como parte de las actividades, el monitoreo diario en el Jardín Botánico ha permitido desarrollar estudios sobre el comportamiento de las aves que lo visitan. Entre los hallazgos destacan sus preferencias alimenticias, como la atracción de colibríes hacia palobobos y salvias, y el patrón de aves insectívoras que dependen de flores muy específicas, según informó el biólogo Hugo Noé Araiza Arvilla, encargado del Jardín.
Estas labores de investigación se extienden a otros espacios naturales como el Cerro del Muerto, donde actualmente se estudia el impacto del senderismo y el turismo en la zona. El análisis se centra en cómo la flora no nativa o invasora y los cambios resultantes modifican la dinámica de visita de las aves, comparada con áreas mejor conservadas.
Un caso relevante es la presencia de los pericos “Monjes Argentinos”, una especie invasora que ha generado preocupación en algunas zonas de la ciudad. Aunque a veces pasan desapercibidos, estos organismos representan una amenaza para las aves nativas, ya que su competencia por alimento y territorio puede llegar a desplazar a otras especies.
Dentro del Jardín Botánico, se ha comprobado que una mayor presencia de plantas nativas resulta en una mayor diversidad de aves. Para comprender este fenómeno, el equipo registra sistemáticamente los sonidos de las aves con el objetivo de robustecer el banco sonoro que permite identificar y clasificar las especies visitantes y residentes.
Frente a la urbanización en zonas aledañas, el Jardín Botánico se ha erigido como un refugio para la fauna. Su diseño favorece la conservación de la flora, creando un oasis para las aves que encuentran aquí un lugar limpio, libre de químicos sintéticos, donde pueden alimentarse de forma segura.
Este entorno saludable ha propiciado la llegada de especies migratorias. Entre los registros más llamativos se encuentran calandrias que visitan el jardín desde hace 5 años, el peculiar pájaro de siete colores -raro de observar en Aguascalientes- y el mirlo dorso canela.
Con el tiempo, se ha observado un incremento tanto en la cantidad de especies que visitan el Jardín como en el número de individuos por especie. Estas variaciones responden a los ciclos migratorios, siendo especialmente visibles durante diciembre y enero, cuando muchas especies encuentran refugio invernal.
Finalmente, como parte del compromiso de la UAA con el cuidado del medio ambiente, el Jardín Botánico cuida meticulosamente cada proceso de poda, riego y manejo del espacio para evitar afectaciones a las especies presentes, garantizando así su preservación y bienestar.




