La Secretaría de Educación Pública (SEP), en colaboración de la Secretaría de Salud (SSA), presentaron la Estrategia Nacional por una Menstruación Digna en la Educación Básica y Media Superior, una acción que reconoce la salud menstrual como un derecho fundamental y un elemento clave para evitar el abandono escolar.
En México, el 43% de las niñas y adolescentes prefieren quedarse en casa que ir a la escuela durante su periodo menstrual, según datos de UNICEF. Muchas de ellas se ven obligadas a interrumpir su aprendizaje, a lidiar con sus procesos de menstruación en condiciones precarias y de manera silenciosa, que muchas veces cae en el estigma.
Además, han señalado que estos centros escolares carecen de condiciones adecuadas para llevar a cabo su menstruación de forma libre, limpia y cómoda. Desde improvisar con papel higiénico por la falta de productos menstruales, o por no contar con productos básicos de limpieza, como jabón.
La Estrategia Nacional de Menstruación Digna busca cambiar esto. De acuerdo a la iniciativa presentada, tanto la SEP como la SSA, buscan implementar la distribución de kits de gestión menstrual, el desarrollo de campañas informativas y orientación integral a más de 6.2 millones de estudiantes de secundaria en 42 mil 975 planteles y 21 mil 175 centros de bachillerato a nivel nacional.
La salud menstrual es un tema que ha sido históricamente desatendido en el ámbito educativo, a pesar de que millones de niñas y adolescentes ocupan un lugar esencial en estos espacios. Sin embargo, solo el 16% de ellas cuenta con conocimientos sobre la menstruación. En el caso de niños y adolescentes, este porcentaje cae todavía más al 5%.
Esta iniciativa da pie a que las jóvenes estudiantes puedan crecer en un ambiente escolar libre de dudas, con información y dignidad.
¿Qué retos enfrenta esta iniciativa?
A pesar de los esfuerzos por parte del gobierno, la implementación de la Estrategia Nacional de Menstruación Digna enfrenta varios desafíos.
Por ejemplo, aún no se da a conocer con qué frecuencia se realizarán estas actividades, o cuál será la cantidad de insumos que se proporcionará a cada institución. Además, la falta de recursos, la resistencia cultural y la discriminación menstrual son algunos obstáculos que deben ser superados por toda la comunidad estudiantil y sociedad en general.
De acuerdo a la colectiva Menstruación Digna, la implementación de políticas públicas debe garantizar su correcta aplicación, incorporando un diseño de ruta que contemple la capacitación del personal encargado de implementar las medidas, la difusión de información actualizada y la creación de mecanismos de evaluación que aseguren su cumplimiento.
Hablar de menstruación digna hace una gran diferencia, pero garantizar los derechos para una gestión menstrual segura, accesible y libre de discriminación, hace todavía un impacto real y duradero. ¡Por una menstruación digna!




