De Rebote
Lando, el campeón perdido: El final amargo de la F1 2025 y la antesala del renacer de Checo Pérez
Fórmula 1
Cuando la gloria se compra, el deporte deja de ser deporte
La temporada 2025 de la Fórmula 1 bajó el telón en Yas Marina confirmando lo que muchos aficionados detectaron desde mitad del calendario: el campeonato se inclinó artificialmente para que Lando Norris terminara como “monarca”. Y lo peor no fue el resultado… sino el descaro. La FIA terminó “perdonando” al británico en decisiones que, en otro contexto, habrían significado investigaciones profundas. Esta vez, simplemente lo dejaron pasar.
La historia del “campeón” Norris quedó marcada por una constante: un piloto con baja inteligencia emocional, actitud prepotente y un equipo que lo trató como si fuera la reencarnación de Senna. McLaren se volcó a su favor sin pudor alguno, relegando al otro piloto, Oscar Piastri, cuyas actuaciones -cuando lo dejaban competir- demostraban quién tenía realmente madera de campeón.
Mientras Norris recibía actualizaciones, protección y un soporte logístico preferencial, Piastri fue literalmente abandonado a su suerte a mitad de temporada. Aun así, se convirtió en el piloto que mejor representó el talento puro. Pero la escudería papaya decidió obedecer los caprichos de Zak Brown, un director que operó más por política interna que por visión deportiva.
Y como suele ocurrir cuando la soberbia gana terreno, McLaren estuvo a centímetros de perder el campeonato de pilotos. Lo que pudieron haber sellado tres o cuatro carreras antes, lo arrastraron hasta Abu Dabi, con un guión tan tenso como predecible. El deporte perdió. El espectáculo perdió. La credibilidad perdió.
Y lo dijo Piastri: “Lando Norris no deja de ser Lando, no es Superman”, contundente mensaje de alguien que sintió el desprecio de “su equipo”.
La historia siempre alcanza a los tramposos
Lo que vivimos este año no es nuevo. El favoritismo descarado también se vio en temporadas anteriores, especialmente cuando Red Bull decidió hundir sistemáticamente al mexicano Sergio Pérez. Sabotajes disfrazados de errores, estrategias incomprensibles y un ambiente tóxico hicieron que el tapatío saliera por la puerta trasera.
Después llegaron otros pilotos a ocupar ese asiento maldito… y el mismo guión se repitió: desgaste, presiones y resultados pobres. El problema nunca fue Checo, y el tiempo -como siempre- terminó dándole la razón.
Y aquí está lo irónico: mientras algunos jugadores políticos del paddock desaparecen, Sergio Pérez regresa a la Fórmula 1 con un proyecto ambicioso y sólido. Cadillac, la nueva escudería norteamericana, lo eligió como piedra angular de su debut en 2026. No es un fichaje mediático: es una declaración de principios.
Pérez formará dupla con Valtteri Bottas, otro piloto experimentado que sabe gestionar auto, presión y equipo. Ambos encabezan un proyecto que, aunque nuevo, llega con recursos que incomodan a más de una escudería dominante. No les gustó que Cadillac entrara. No les gustó su presupuesto. Mucho menos les gustará ver resultados desde el primer trimestre de 2026.
Y es que esa es la promesa real: un equipo que, aun siendo debutante, podría ubicarse en media tabla desde las primeras carreras. A mediano plazo, podios. A largo plazo, pelear campeonatos. Sí, Cadillac va en serio.
Cuando las piezas caen, se ve quién sostenía la mentira
El declive del viejo régimen en Red Bull es parte esencial de este renacer. Christian Horner está fuera. Pero el personaje más siniestro detrás de años de decisiones dudosas, Helmut Marko, también dejó de tener poder.
Racista, prepotente y obsesionado con proteger a su “hijo adoptivo”, Max Verstappen, Marko fue uno de los principales responsables del desgaste de Checo y del bloqueo histórico al talento mexicano dentro de la F1. Hoy, Marko se queda sin voz. Y lo que más debe dolerle: el retorno de un mexicano a la parrilla con un proyecto más grande que sus viejos prejuicios.
Como si eso fuera poco, la historia vuelve para cobrar factura: Pedro Rodríguez, leyenda mexicana, ya había demostrado hace más de 50 años que podía superar a los mejores. Que Marko lo haya negado siempre no cambió los hechos… solo su propio resentimiento.
Marko ¿estás concentrado? ¿Tomaste mucho tequila? El resto de tu vida, te perseguirá el dominio mexicano hacia tu persona…
Futbol
Una final con dos colosos y un ausente incómodo
La Liga MX definió finalistas, y la batalla por el título del Apertura 2025 pinta para ser de alto voltaje. Tigres, con su ya habitual ADN ganador, dejó fuera al Cruz Azul. Toluca, vigente campeón, eliminó a Monterrey con autoridad.
La ida se juega mañana en el Estadio Universitario a las 20:00 horas. La vuelta, el domingo 14, a las 19:00 en el infierno de Toluca. A las 23:00 ya tendremos nuevo (o bicampeón) del futbol mexicano.
Una final con dos equipos serios, estructurados y acostumbrados a pelear títulos.
El gran ausente es el de siempre: Necaxa.
Aunque para ellos, los reflectores quedaron en otra parte, porque ya anuncian “contrataciones de impacto” para el Clausura 2026. Palabras sobran; lo que necesitan son resultados. Ni planes, ni promesas. Resultados.
Colofón
El deporte siempre muestra quién es quién
La temporada 2025 quedará registrada como un espejo incómodo para la Fórmula 1: favoritismos, decisiones cuestionables y campeones protegidos. Pero también como el inicio de un ciclo nuevo donde los proyectos sólidos -como Cadillac- pueden irrumpir y redefinir el juego.
En la Liga MX, la final promete espectáculo, intensidad y un campeón digno. Y en el fondo, ambos deportes coinciden en lo mismo: el mérito real siempre termina imponiéndose… aunque algunos quieran frenarlo.




